La cara más festiva de la cultura pasiega

La cultura pasiega de los montes espinosiegos se entremezcla todos los años, a principios de agosto, con la devoción de una pedanía que reivindica sus raíces culturales con una solemne cita, no exenta de simbolismo festivo, única en su especie. Hablamos de la Romería de Nuestra Señora de las Nieves en Las Machorras, que cuenta con la vitola de Fiesta de Interés Turístico Regional.Pequeños y mayores suscriben, edición tras edición, el compromiso adquirido con su identidad histórica, ligada a la trashumancia ganadera, motor económico de la zona durante siglos. La fiesta sirve además para unir lazos con las comunidades pasiegas de Cantabria, que no dudan en sumarse a la romería para reivindicar el mantenimiento de una actividad que se resiste a desaparecer a pesar de los malos tiempos que corren para el sector ganadero en general.Los actos en honor a Nuestra Señora de las Nieves arrancan cada cinco de agosto a primera hora de la mañana. El madrugón de los ocho danzantes elegidos para la ocasión está más que justificado, pues son los encargados de recibir a los visitantes a la entrada del pueblo. Bajo la batuta del mayoral, los mozos guían con sus pasos a la comitiva, cuyos ojos se fijan en uno de los personajes principales del evento: el rabadán. Se trata del niño más pequeño de la pedanía, cuya misión es azotar con un ramito de flores secas al bobo. Este pintoresco personaje tiene también su propio cometido: pedir limosna entre los asistentes e impedir el acceso a quien se niegue a pagar.En esta singular representación aeróbica, cada cual tiene su propio papel de acuerdo a la tradición pasiega. Los danzantes encarnan a las ovejas, que guiadas por el mayoral (pastor) huyen del lobo (bobo), mientras que el rabadán ejerce de perro guardián para proteger al rebaño.La majestuosa misa mañanera vuelva a dar paso a una fiesta que a través del baile evoca piezas tradicionales de la zona como la mítica del Ahorcado, donde las varas de los danzantes se cruzan por encima de la cabeza del mayoral. Suele ser mediodía cuando se lleva a cabo esta comunión entre público e intérpretes, quienes aprovechan la ocasión para soltar versos jocoso -relacionados con acontecimientos del pueblo- ante una plaza abarrotada. Ni siquiera las autoridades, presentes en el acto, se libran de los chascarrillos de sus vecinos.La fiesta en honor a Nuestra Señora de las Nieves no se limita únicamente al 5 de agosto. El día antes se lleva a cabo el tradicional plantó del haya en la entrada de Las Machorras, mientras que el 6 se celebra una carrera de burros y un campeonato de tejo, deporte autóctono rural que se resiste a caer en el olvido gracias a la transmisión de sus reglas de generación en generación.