La Junta estudia el traslado de los barracones de Oncología al hospital

Lo que empezó como rumor fue ayer confirmado por el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado. La Junta de Castilla y León baraja trasladar el servicio de Oncología, actualmente ubicado en unos barracones, a las dependencias del hospital Santos Reyes. En respuesta a la pregunta parlamentaria del procurador de Ciudadanos, José Ignacio Delgado, señaló que una de las opciones contempladas es su ubicación en la primera planta -donde se realizan las intervenciones de cirugía ambulatoria- o en la zona de Administración. «Nos ha dicho que lo decidirán en las próximas semanas, pero es desvestir un santo para vestir otro», advirtió Delgado convencido de que si no se quiere mermar la atención hospitalaria, la única solución es acelerar los plazos de la construcción del nuevo centro.Según los datos del Servicio de Salud de Castilla y León, el hospital de Aranda y Miranda coinciden en recursos pero no en servicios ni en área de influencia. Si se comparan las intervenciones, la diferencia es notable, ya que «en 2015, el hospital Santos Reyes realizó 10.411 operaciones quirúrgicas frente a 6.000 del hospital mirandés». La desigualdad se observa también en las operaciones ambulatorias que no requieren ingreso, donde Aranda atendió el año pasado a 8.851 personas. Y por ello, aseguran, chocan algunas diferencias como el hecho de que Miranda cuente con 10 camas para otras consultas, mientras Aranda solo tiene una. «Si realmente quieren quitar el sitio de intervenciones no hospitalarias... ¿Qué van hacer?, ¿dejar cirugía ambulatoria en una caseta de obra?», cuestionó la concejala de Ciudadanos, Elia Salinero.Lo que se anunció como una medida temporal en mayo de 2010 para abrir el servicio de Oncología, parece convertirse en algo definitivo. «Es tercermundista», apuntó Delgado, consciente de las penurias de espacio que deben afrontar no solo los pacientes de cáncer, sino también los que se someten a tratamientos hematológicos.Y es que en apenas 40 metros cuadrados se distribuyen una sala de espera, una de tratamientos, un cuarto de baño, un almacén y dos consultas. «En verano hace un calor insoportable y el suelo se mueve muchísimo. Tenemos denuncias de pacientes que ni siquiera tienen sillas adecuadas para recibir la quimioterapia», añadió a sabiendas de que solo hay seis sillones. «Las enfermeras y el personal se desviven, pero no dan abasto», señaló al recordar que si en los últimos 12 años se ha duplicado la plantilla, el crecimiento no ha afectado en la misma proporción al número de enfermeras. «Se está dando servicio, si, y la gente no tiene que desplazarse a Burgos, pero después de seis años podrían haberlo consolidado ya», subrayó Salinero.Convencido de que la sanidad no es una «cuestión de ideologías sino de sentido común», el procurador hablará con el resto de grupos para «hacer frente común».