El Correo de Burgos

RIBERA

Reducen 8 años la pena del asesino de Ana Isabel González

La familia convoca una protesta el sábado en la plaza mayor de Aranda

La muerte de la joven provocó la repulsa ciudadana, que se manifestó en la localidad arandina en marzo de 2014.-ECB

La muerte de la joven provocó la repulsa ciudadana, que se manifestó en la localidad arandina en marzo de 2014.-ECB

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ
Burgos

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La decisión adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de reducir a 17 los 25 años de condena que había dictado la Audiencia Provincial de Málaga al autor del asesinato de la arandina, Ana Isabel González, ha caído como un jarro de agua fría. Y es que, en la resolución el juez entiende que no hubo ensañamiento a pesar de las 30 puñaladas que le profirió a la víctima. «¿Cómo pueden decir que no hubo ensañamiento con 30 puñaladas?», cuestiona indignada la hermana de la víctima, Marian González.Para esta familia, el reloj se paró el mismo 5 de marzo de 2014 que Carlos Río Sánchez decidió meterse en el pantalón un machete militar y acabar con la que había sido su pareja durante siete años. «Mi madre tiene 74 años pero desde que pasó se ha echado quince años más; no se cuida porque ya todo le da igual», cuenta Marian.No fue un crimen pasional. De hecho, poco tuvo que ver con el amor, más bien con el dinero porque el detonante no se produjo cuando Ana le pidió que se fuera de casa, que aquello no funcionaba. Fue cuando el asesino se dio cuenta de que ya no podía seguir viviendo de ella, que aunque le dejaba estar en su casa -por pena-la manutención que ella le pagaba a los dos hijos que él tenía con una pareja anterior, se quedaba sin flujo. Esa fue la chispa. «Recuerdo que se quedaba dormido en el coche para darle pena y que le dejase vivir con ella, y cuando vio que no colaba se inventó un infarto. Ella estuvo con él en el hospital pero siempre le dejó claro cómo estaban las cosas; le decía que debían dejarse de ver un tiempo para luego poder ser amigos», recuerda.Por desgracia él no lo quiso entender. El día en que ella se puso en contacto con él para pedirle la justificación hospitalaria que necesitaba para excusar su ausencia en el colegio donde trabajaba como profesora de inglés, Carlos Río decidió escribir su destino. Y el de toda su familia. «Esperó a que mis padres bajasen de la casa y subió con el machete», recuerda. Eran las cuatro de la tarde.Nunca antes le había pegado. «Ni una bofetada porque mi hermana era una luchadora contra la violencia», aseguraba a sabiendas de que el asesino lo sabía muy bien. «Sí hubo malos tratos psicológicos pero no físicos».Hoy, a pocas semanas de cumplirse el tercer aniversario, él permanece ingresado en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga). «Ahí sigue en preventiva, viviendo de maravilla hasta que terminen las apelaciones», lamenta porque no es el único que vive encerrado. «Desde que hemos conocido esta última sentencia en la que se le perdonan 8 años, mis padres no quieren salir de casa porque parece que la justicia se ríe de nosotros».Concentración

Indignados por lo que califican una injusticia que hace todavía más grande una herida que «no hay quien la cierre», la familia hace un llamamiento para que todos los que puedan acudan este sábado, 28 de enero, a las 13 horas a la plaza Mayor de Aranda. «Dicen ahora que no hubo ensañamiento pero según admitió en el juicio cuando le estaba apuñalando, mi hermana le imploraba que no la matase. Él paró pero siguió porque, como dijo, había sufrido mucho y ella tenía que pagar». Decididos a luchar hasta el final por la memoria de Ana Isabel, la familia ha presentado ya recurso ante el Tribunal Supremo. «Tengo muy claro que si este hombre sale volverá a asesinar·.

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