La Danza del Escarrete muestra el fuerte apego pozano a sus tradiciones

Uno de los principales símbolos de identidad de la villa salinera, la danza del Escarrete, volvió a poner de manifiesto el fuerte vínculo que los pozanos mantienen con sus tradiciones ancestrales. Ante decenas de asistentes, las cuatro parejas de danzantes ejecutaron con maestría la singular danza a la pata coja, con la que arrancaron numerosos aplausos de un público exigente con la pureza de este baile ritual.Como desde hace siglos, la popular fiesta peticionaria comenzó con el canto de la Salve en la iglesia de San Cosme y San Damián, en la que se adora a la reliquia poco antes de acudir en comitiva a la Plaza Nueva. Allí, la Banda Municipal de Música tocó varias piezas en las que, en primer lugar, los hombres se mueven alrededor de las gallinas y conejos, entregándose al relevarse la espada con cintas y cerrando el baile individual las mujeres. Finalmente bailan juntos la jota pozana en torno al portador del palo, en el que ya se han colgado la gallina y el conejo como símbolo del hogar familiar.Si bien se desconoce con exactitud el origen de esta singular danza pozana, sí se sabe que no tiene equivalentes en la comarca por su formato, a lo que se suman sus lejanas raíces, las cuales se adivinan ante la alusión -hoy simbólica-, al sacrificio de varios animales domésticos, en torno a los cuales se baila a la pata coja.Tras la diáspora de población que en La Bureba supusieron los años 60, esta secular tradición desapareció y permaneció en el olvido durante años, hasta que fue rescatada por iniciativa de la Cofradía de San Blas, ya entrados los años 70 del pasado siglo.Para garantizar que el Escarrete no vuelva a caer en el olvido las nuevas generaciones de pozanos ya conocen y participan en la danza. Así se contribuye de forma definitiva a la conservación de la tradición que, debido a su antigüedad y fuerte arraigo en la villa, fue declarada de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León.También adelantándose a los tiempos se eliminó el sacrificio de los animales en la danza simulando con los golpes de la espada, aquéllos que en un pasado daban muerte al animal.Su arraigo es tan profundo en la sociedad pozana que incluso su propio nombre popular se ha transformado del término correcto ‘Desjarrete’, a la voz popular de ‘Escarrete’, éste sin definición en el diccionario de la lengua española.