El Correo de Burgos

Sabía que se los pueden quitar, «pero es muy difícil contradecirla»

Los allegados de Mauricia intentaron disuadirla en su afán de volver a ser madre con 64 años / Mantiene una relación muy desigual con sus vecinos de Palacios

Entrada del Hospital Recoletas, donde la mujer dio recientemente a luz a dos bebés.-RAÚL G. OCHOA

Entrada del Hospital Recoletas, donde la mujer dio recientemente a luz a dos bebés.-RAÚL G. OCHOA

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DIEGO SANTAMARÍA - LAURA BRIONES / Burgos
Burgos

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Cuando Mauricia I.A. decidió someterse a un nuevo tratamiento de fertilidad para volver a ser madre con 64 años, algunos de sus allegados «le dijeron que se lo iban a quitar». Pero la mujer, vecina de Palacios de la Sierra, decidió seguir adelante con su plan mientras se limitaba a responder que «era injusto».Fuentes muy cercanas a su entorno aseguran a este periódico que resulta «muy difícil contradecirla». De hecho, «hay que darle consejos con mucha cautela». Sea como fuere, Mauricia viajó a Estados Unidos con el firme objetivo de quedarse embarazada por fecundación in vitro. De regreso a España, se decantó por el Hospital Recoletas de Burgos para dar a luz. Fue allí donde recibió la visita de trabajadores sociales de la Diputación Provincial y de la Junta Castilla y León para interesarse por un alumbramiento que ha generado expectación y polémica a partes iguales.Más allá del factor edad, quienes la conocen y mantienen un trato habitual con ella intentaron disuadirla con el fin de evitar que sus mellizos recién nacidos -un niño y una niña- corran la misma suerte que su otra hija, de seis años de edad y en régimen de acogida permanente después de que los Servicios Sociales de la Junta le quitasen la custodia al considerar que se encontraba en «situación de desamparo».Las mismas fuentes señalan que uno de los desencadenantes de tan dramática decisión fue la actitud de la madre en lo que a la formación escolar de su hija se refiere. Al parecer, tenía la «manía de no llevarla pronto» al colegio y mostrarse en contra de que asistiese a clase por diversos motivos. Además, «no la dejaba jugar» con los niños en el parque, próximo a la parroquia de Santa Eulalia, en el que habitualmente se reúnen.Perder la custodia de su pequeña supuso un duro varapalo para Mauricia. «Se la quitaron con tres años, por lo que sufrieron más». El plural del verbo sufrir alude en concreto a la menor, que a pesar de su corta edad afrontó con mucho pesar este proceso al no querer separarse de su madre.«Educada e inteligente»

Mientras tratan de asimilar lo sucedido, los habitantes de Palacios prefieren guardar silencio. También su familia, que «está harta» de saberse en el ojo de un huracán mediático por culpa de una «situación anodina» que les supera, tal y como afirma un vecino que no quiere hacer declaraciones por «respeto».Por su parte, las fuentes consultadas por este periódico definen a Mauricia como una persona «culta, educada e inteligente» que se aleja del perfil «vulgar y corriente» que la noticia de su parto pudiera dar a entender. Asimismo, no le costó mucho manejarse con el idioma cuando cruzó el charco para someterse a la fecundación in vitro, ya que «ha trabajado en Australia».El trato con sus vecinos, sin embargo, es bastante desigual. «Solo se relaciona con los que le caen bien». Con ellos se muestra «agradable» a pesar de no ocultar su fuerte carácter. Por contra, hay muchos a los que no dirige la palabra e incluso «ha tenido jaleos» con los propietarios de un negocio local próximo a su vivienda.Con esas «limitaciones a nivel social», las fuentes consultadas sostienen que decisiones como lade quedarse embarazada con 64 años se deben a que Mauricia es una «bomba de relojería» que toma decisiones de este tipo sin tener en cuenta las consecuencias.La Junta realizará un «seguimiento permanente»

La portavoz del Gobierno regional, Milagros Marcos, aseguró ayer que los Servicios Sociales se encargarán de realizar un«seguimiento permanente» de los dos bebés con el fin de velar por su bienestar. En declaraciones recogidas por Ical, Marcos subrayó que se tomarán decisiones en función del criterio de los técnicos que supervisen el caso. Eso sí, siempre con «mucha prudencia» y pensando en el interés de los menores.Por otra parte, apuntó que la edad no es un «condicionante» para retirar una custodia, sino que se trata de una decisión«muy dura» avalada por una situación de desamparo en la que había constancia de absentismo escolar y otros «factores de riesgo» como aislamiento, privación del aprendizaje o falta de higiene.Los expertos ponen el límite para la reproducción asistida en 50 años

No hay debate. La decisión de Mauricia I.A. de someterse a un tratamiento de reproducción asistida fue muy arriesgada. Precisamente, la mujer que daba a luz el pasado martes en la ciudad a sus gemelos viajó a Estados Unidos para someterse a una fecundación in vitro porque en España ningún especialista hubiera accedido a ello.Y es que según precisa el responsable del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Burgos, Javier Martínez Guisasola, en el caso concreto del sistema sanitario público la norma que establece los criterios de aceptación de pacientes es clara. «El límite general son 40 años para fecundación in vitro y baja a los 38 para inseminación», explica.De ‘regular’ los tratamientos en las clínicas privadas se encargan los propios profesionales, sabedores de los elevados riesgos que implica un embarazo en edad muy avanzada. Al respecto, hay consenso científico en la Sociedad Española de Fertilidad en establecer los 50 años como barrera infranqueable.«Más allá puede haber muchas complicaciones tanto para la madre como para los bebés, aunque afortunadamente en este caso reciente parece que no se han dado», añade el especialista. Eso sí, una vez que la mujer regresa a España ya embarazada «es obligado prestar la atención que requiere para que todo vaya lo mejor posible e intentar llevar a buen puerto la gestación», indica Guisasola sin olvidar las dudas éticas y legales que estas situaciones suelen suscitar. En su opinión, la decisión de la paciente es «irresponsable» y «no solo por los riesgos asumidos, sino también por el futuro que, más allá de los recursos de los que disponga, puede brindar a unos bebés que ha alumbrado con 64 años».De vuelta a las complicaciones potenciales de este tipo de embarazos de madres más que añosas, término por cierto que hasta hace poco se aplicaba a gestantes mayores de 35 años y ahora se ha ‘ampliado’ a las gestaciones con más de 40, Guisasola explica que el mayor riesgo desde el punto de vista obstétrico es el de aborto, superado este la siguiente preocupación a partir de la semana 24 es la gran prematuridad con la que podrían nacer los bebés.«Además, a medida que envejece el organismo de la mujer el riesgo de hipertensión, diabetes u otros problemas metabólicos asociados se multiplica. Y en casos como este, de gestación gemelar y cesárea, también existe un importante peligro de tromboembolismos tanto durante el embarazo como después del parto», relata y supone que el control al que le han sometido en la clínica que la atendía, a su juicio de manera adecuada, ha sido exhaustivo y así continuará al menos durante el primer mes tras el nacimiento de los bebés.

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