Burgos Alimenta se lanza a la conquista del mercado gallego

El tren de Burgos Alimenta continúa recorriendo la península, de punta a punta, con el fin de expandir el potencial agroalimentario y comercial de sus asociados. Después de la última parada en Valencia, nueve productores de la entidad provincial acuden por primera vez este domingo al Fórum Gastronómico A Coruña, una cita bianual de referencia nacional que en 2015 reunió a más de 23.000 visitantes. Por su parte, el chef Antonio Arrabal se encargará de conjugar los elementos culinarios de la despensa burgalesa y exponer sus propiedades ante un «público profesional» que engloba a empresarios nacionales y extranjeros procedentes de China, Países Bajos o Portugal.No solo se trata de conquistar el mercado gallego. También se persigue la búsqueda y consolidación de nuevos nichos de mercado a través de «reuniones concertadas». Una misión inversa que en palabras de la presidenta de BurgosAlimenta, Montserrat Aparicio, supone una «oportunidad» para tejer nuevos contactos profesionales que ayuden a los productores burgaleses a expandir sus horizontes.Al mismo tiempo, de puertas hacia adentro -léase España-, la venta directa favorecerá sin lugar a dudas la captación de nuevos puntos de venta por toda la península. En ello confía Raúl Carcedo, de Divina Pastora, dispuesto a conquistar el mercado gallego tras alguna que otra incursión y hacerse con un hueco en la «venta de tienda a tienda» de la misma manera que ya ha logrado asentar sus productos de repostería en el País Vasco, La Rioja o Castilla y León en su totalidad.En la misma línea se mueve Roberto da Silva, de Embutidos de Cardeña. Su estrategia, en este caso, se basa en explotar su capacidad de innovar para asentar sus productos en una Comunidad donde la morcilla -al menos tal y como se concibe en Burgos- «no entra dentro de su despensa».Para ello, el morcillero presentará su morcilla con bacalao al pil pil y sus snacks o cortezas de salmón, que no solo «encajan mejor» en el mercado gallego, sino que además se orientan a un «consumo de exportación», sobre todo en los países nórdicos.