El Correo de Burgos

Artim vuelve a plantar la «semilla» del dinamismo rural

El Encuentro de Agroecología y Tradiciones Rurales retorna a Espinosa en julio con múltiples alternativas de emprendimiento para combatir la despoblación

La presentación de Artim 2017 en el Espacio Tangente contó con representaciones teatrales.-ISRAEL L. MURILLO

La presentación de Artim 2017 en el Espacio Tangente contó con representaciones teatrales.-ISRAEL L. MURILLO

Burgos

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Artim dejó de ser un festival, encuentro, evento o lo que sea recién acabada su primera edición. La definición más correcta desde entonces es la de una gran familia que afronta por cuarto año consecutivo el reto de seguir tejiendo «redes» -de lo local a lo global- para fortalecer el músculo asociativo del medio rural y diseñar alternativas socioeconómicas viables frente al fantasma de la despoblación que amenaza la supervivencia de los pueblos.A través de la asociación Ábrego, siete jóvenes quijotes se enfrentan desde 2013 a los molinos de viento que con aspecto de tiburones devoran de forma progresiva a los peces pequeños que luchan día a día por sobrevivir en un ambiente cada vez más hostil. Para revertir esta situación, lo que plantean es un «cambio del modelo productivo y de consumo» que permita «visibilizar la situación de los pueblos y potenciar sus posibilidades». Pero hay que pasar a la acción, pues tal y como señala su presidente, Carlos Jaén, se requieren «herramientas para desarrollar proyectos de autoempleo».Con el mismo planteamiento de años anteriores y con «novedades suculentas», el Encuentro de Agroecología y Tradiciones Rurales -léase Artim- vuelve entre el 7 y el 16 de julio a Espinosa de los Monteros. El plazo de inscripción para las 250 plazas disponibles se abrió ayer coincidiendo con una fiesta de presentación en el Espacio Tangente que después se trasladó al Ram Jam, donde los artimers movieron el esqueleto gracias a DjWise y Jamaika in the Jungle.Cinco participantes faltaron el año pasado para alcanzar el lleno oficial, aunque el triunfo a todas luces fue absoluto. Según estima la organización, alrededor de 4.000 personas se dejaron caer por Espinosa durante las 10 jornadas de una cita que incorpora actividades gratuitas y para todos los públicos, desde conciertos a un mercadillo artesanal.Gracias al Artim, los hosteleros hacen el agosto en julio y los productores locales se dan a conocer más allá de la provincia. Precisamente, uno de los pilares de Ábrego es la promoción de un consumo «ético, consciente y crítico» que tenga en cuenta el esfuerzo y pasión del pequeño emprendedor que, al mismo tiempo, apuesta por la sostenibilidad a todos los niveles. Jaén no habla de boquilla, ya que durante el encuentro se predica con el ejemplo al llenar la despensa.Aún con todo, el posicionamiento de Artim en el tablero frente al bajón demográfico en el medio rural se antoja insuficiente ante la necesidad de «implicar a todo el mundo» para conectar, desde cualquier punto del planeta, «muchos proyectos con la misma filosofía». También hace falta el empujón de las administraciones, desde los pequeños ayuntamientos hasta instituciones supranacionales.Para este año, los organizadores vuelven a contar con el apoyo de Espinosa y de la Universidad de Burgos (UBU). De la Diputación esperan noticias, pero en principio parece factible porque sí se ha involucrado en ediciones anteriores. ¿Y la Junta? Jaén admite que «les ha llamado la atención», pero todavía no se ha concretado ningún tipo de colaboración.Con independencia de las siempre necesarias ayudas externas para promover proyectos como Artim, el presidente de Ábrego defiende el mantenimiento de «servicios mínimos», sobre todo en «sanidad y educación», para que «la gente se quede en los pueblos».Innovación y etnografíaLas encuestas a los participantes han permitido a los promotores introducir nuevas áreas en la próxima entrega de Artim. De esta manera, han llegado a la conclusión de que muchos demandan «herramientas y visiones técnicas» para la puesta en marcha depropuestas «innovadoras». Así pues, la «semilla» del emprendimiento rural se regará con más énfasis y de ella brotará, en la recta final, un vivero de proyectos a cargo de David Leal con el fin de establecer una «dinámica grupal para aportar y analizar ideas» que se transformen a posteriori en iniciativas «viables».La etnografía también estará muy presente e incluso contará con un día propio el jueves 14. A grandes rasgos, lo que se pretende es profundizar -de la mano de profesionales- en las «costumbres populares» y aquellos oficios tradicionales que «no debemos perder».

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