Briviesca vuelve a bailar por Santa Casilda

El tiempo acompañó ayer en Briviesca para la celebración de los actos en honor a Santa Casilda, con su tradicional romería, organizada por la peña Desesperaos, como principal atractivo para vecinos y visitantes. Un año más, los romeros más veteranos partieron a pie desde la Plaza Mayor para dirigirse al Santuario de Santa Casilda. Lo hicieron, tal y como dicta la tradición, por la antigua ruta, que ya se encuentra perfectamente señalizada.El hecho de que esta romería se mantenga en pie y coseche tanta afluencia de público es mérito de sus organizadores, que no cejan en su empeño de mantener viva esta antigua tradición.El camino recorrido por los romeros se realizaba antaño en muchos casos con los pies descalzos, simbolizando así el cumplimiento de una promesa. Era una prueba muy dura, ya que el antiguo sendero consta de 10 kilómetros y quienes prescindían del calzado presentaban múltiples heridas. Sin embargo, el paso del tiempo condenó al olvido una costumbre que dio paso a un espíritu mas festivo.Sin saltarse ni una coma del guion, la procesión en honor a Santa Casilda sirvió para abrir una jornada en la que su imagen, precedida de la cruz, el estandarte y el peón, acompañó a los romeros presentes al son de música tradicional castellana.Volvió a demostrarse que esta romería es la de mayor arraigo en la localidad. No es para menos, ya que sus orígenes datan de 1734, tal y como revelan los documentos custodiados en el Archivo Municipal.El espíritu festivo de la misa castellana con la música y las danzas del grupo Justo del Río era palpable en el interior de la iglesia. El mismo ambiente reinaba en las ofrendas de flores, pan y vino a cargo de los más pequeños y las reinas de las Fiestas. De esta forma, volvieron a demostrar el cariño que los briviescanos sienten por su patrona al llenar el altar de colores primaverales.Una vez finalizada la eucaristía, muchos devotos de la santa rindieron homenaje a la reliquia que se conserva en el santuario.Mientras tanto, en el exterior, las dulzainas y los tambores resonaban con fuerza mientras los asistentes aplaudían los bailes que ya forman parte de la escenografía religiosa y cultural de Briviesca.La fiesta prosiguió en la campa del santuario, donde los romeros celebraron la clásica comida antes de regresar al núcleo urbano. Después, por la tarde, la Plaza Mayor se vistió de gala para la vistosa exhibición de danzas tradicionales castellanas a cargo del grupo folklórico.Con todos estos actos, Santa Casilda revivió un año más su especial relación con Briviesca, formalizada definitivamente en el año 1486 cuando una epidemia de peste devastó la ciudad. Fue entonces cuando los regidores, en compañía de los cabildos de Santa María y San Martín, hicieron votos de guardar la fiesta de la santa si les libraba de la enfermedad.Tras recibir el favor de la santa, los briviescanos tomaron por costumbre el peregrinaje al santuario de forma regular, tanto en su festividad como durante el resto del año para solicitar su ayuda. Sea como fuere, esta princesa mora y santa cristiana ha despertado un profundo interés entre los investigadores, aunque al margen de la leyenda -y de su amplia formación humanística- su singular recuerdo le convierten en un personaje destacado digno de estudio.Esta devoción popular provocó su nombramiento a finales del siglo XVI como patrona del municipio junto a Nuestra Señora de la Asunción. No cabe duda por tanto de la historia de Briviesca siempre ha estado muy marcada por las mujeres, pues cuenta con dos patronas y un patrón.