Los siete infantes de Lara vuelven a cabalgar en 10 murales olvidados

La leyenda de los siete infantes de Lara permanece intacta en la memoria colectiva de la comarca. Continúa siendo objeto de estudio, homenajes varios y recreaciones anuales. Pero siempre se pueden revivir esas crónicas medievales y ofrecer un aliciente turístico en cualquier momento. Y qué mejor manera que a través de las artes plásticas, capaces de plasmar escenas inolvidables y captar la atención del espectador que, al mismo tiempo, requiere información sobre el resto de recursos con los que cuenta el territorio.Bajo esa perspectiva, la asociación Tierra de Lara ha promovido la recuperación de espacios, públicos y privados, carentes de vida o cubiertos por garabatos ininteligibles y de nulo valor estético. 10 localidades estrenan oficialmente el sábado una muestra que da lugar a una ruta «circular» que parte de los Ausines y finaliza en Cubillo del Campo. A grandes rasgos, lo que se pretende con esta iniciativa es «poner en valor nuestra comarca»,Así resumía ayer el principal objetivo de este proyecto el presidente de la entidad, Manuel Rodríguez, orgulloso del trabajo en equipo que permitirá expandir el «conocimiento» de la leyenda e incentivar el turismo en Lara. Aparte de recoger «escenas de carácter épico», los murales cuentan con paneles informativos para que el visitante conozca los alojamientos más cercanos, los lugares de interés de cada pueblo y el nombre del artista en cuestión. De esta forma, tal y como explicó el vicepresidente de la asociación, Roberto Ortega, se tratará de «potenciar» la economía local del territorio, sobre todo la hostelería.La idea de plasmar la leyenda y recuperar espacios para el deleite visual del visitante fue de Eduardo Saiz, oriundo de Los Ausines. «Veía pintadas sin ningún tipo de gusto» y deseaba tapar con arte los desperfectos y el abandono en lugares públicos. Se le encendió la bombilla y comentó la jugada a los socios de Tierra de Lara, quienes «desde el principio se mostraron bastante entusiastas».También fue «magnífica» la respuesta de los pueblos y artistas involucrados, dado que mostraron su «predisposición» desde el minuto uno. Entre ellos se encontraba María José Castaño, autora del mural de Cubillo del César junto a Cristino Díez y Rubén Arroyo. El proceso, según sus propias palabras, fue «apasionante». Y no solo se mostraba satisfecha por el resultado final, sino por el hecho de participar en un proyecto al que se sumó desde el principio en calidad de «amiga y colaboradora de la asociación.