Bañuelos reafirma su compromiso con la memoria del maestro Benaiges

El recuerdo del maestro catalán Antoni Benaiges, asesinado en los primeros días de la Guerra Civil y sepultado en el monte de La Pedraja, y su compromiso con sus alumnos permanece muy vivo en la memoria de Bañuelos de Bureba, tal y como se demostró ayer durante el segundo encuentro en la pequeña localidad en la que ejerció la docencia.Procedentes de diferentes comunidades autónomas, más de medio centenar de miembros de la Asociación Escuela Benaiges, accedieron al antiguo centro educativo, que durante años se ha visto sometido a diversos trabajos de restauración.Talleres, proyección de documentales, poesía, música y reconocimientos a maestros completaron el programa de las jornadas. Destacó sin lugar a dudas el trubutado a Argimiro Turrado de León por su trayectoria docente y la colocación de la placa conmemorativa de Patricio Redondo con el epitafio al maestro Benaiges a petición de la Federación Internacional de Movimientos de Escuela Moderna (Fimem).El alcalde de la villa y presidente de la asociación, Jesús Viadas, se mostró emocionado y satisfecho por el resultado de la segunda edición de unas jornadas «que queremos sean anuales» tras la finalización de las obras pendientes.Viadas explicó brevemente los trabajos ejecutados para recuperar el antiguo inmueble, cerrado durante décadas, que ha precisado de una inversión hasta el momento de 80.000 euros. Cabe recordar que el alto coste de la intervención obligó a dividir le proyecto en fases para invertir el máximo permitido por el Ayuntamiento: 25.000 euros.Una gran cantidad de láminas, libros, trabajos escolares y fotografías decoraban la planta baja y una nueva escalera permitía el acceso a la zona de la antigua casa del maestro. Además, el aula con el que contaba la escuela se ha reconvertido en un espacio diáfano. Allí se encuentra se encuentra una imprenta de época con la caja de tipos original de Benaiges, pionero de la técnica Freinet que permitió la impresión, hace 80 años, de los cuadernos escolares. De igual manera, se conservan los pupitres escolares de la época, los encerados, las láminas didácticas, la estufa e incluso los frascos de tinta de las plumillas con las que escribían los pequeños.Viadas reafirmó el objetivo del Ayuntamiento de convertir la antigua escuela en un museo pedagógico -el segundo en España- sobre la innovadora técnica Freinet directamente vinculada al compromiso del maestro con los niños de Bañuelos.El motivo por el que la figura del maestro catalán está muy presente en la memoria colectiva popular de esta pequeña villa burebana está íntimamente ligado a su innovadora fórmula de enseñanza, que caló muy profundamente entre sus alumnos. De hecho, fue en el transcurso de la recuperación de los restos de los ejecutados en La Pedraja cuando la historia del maestro catalán resurgió del olvido por los recuerdos de uno de sus alumnos.La promesa de enseñar el mar a sus alumnos de la escuela de Bañuelos fue el detonante de su asesinato y posterior entierro en una fosa común en los primeros días de la Guerra Civil. Concretamente, Benaiges prometió a los pequeños que les llevaría a conocer su pueblo natal, Mont-roig del Camp, en el verano del 36. Por este motivo, demoró su viaje anual a Cataluña y acabó siendo detenido en Briviesca a finales del mes de julio.