El Correo de Burgos

Villamayor homenajea a su sillero ajusticiado en el 36

La nieta de Romualdo de Domingo confía en localizar sus restos tras 15 años de búsqueda / El artista Juan Vallejo esculpe una «silla inacabada» en su honor

Burgos

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Lo que más desea Sol Benito es dar a su abuelo la sepultura que se merece. Inició la búsqueda de sus restos hace 15 años, «tirando de hilos» y prestando atención a los testimonios de supervivientes o familiares de burgaleses ajusticiados durante la Guerra Civil. Algunas pistas le sitúan en el monte de La Andaya o Estépar. Es lo más probable, pues Romualdo de Domingo, el sillero de Villamayor de los Montes, estuvo preso en la cárcel de Lerma. Por desgracia, nunca más se supo de él, aunque su nieta da por hecho que fue «fusilado», como tantos otros centenares de personas en la zona durante el conflicto bélico que dividió a España en dos.Sol no pierde la esperanza y se muestra decidida a seguir «en el intento» con el apoyo de la Coordinadora para la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos. Pero tenía una espina clavada que por fin se ha podido quitar. Su abuelo merecía un homenaje en su pueblo y en agosto del año pasado inició las gestiones necesarias para llevarlo a efecto.Escribió al Ayuntamiento pero «no me contestaban». La situación en esos momentos era políticamente complicada. Nadie se presentó a las municipales, ni en mayo ni en diciembre, y el alcalde, Eugenio Calvo, se vio obligado a presidir una gestora de la que se despidió a finales de agosto.Transcurrieron los meses y «no teníamos noticias», pero nunca cejó en su empeño. Ayer, por fin, Villamayor de los Montes honró la memoria de su sillero. El Ayuntamiento, esta vez sí, colaboró en la organización del acto cediendo una sala de la antigua ermita de La Consolación, reconvertida en centro cívico, que «se llenó» para escuchar las cartas, poemas y canciones de diferentes personas y colectivos afines a la Coordinadora que no dudaron en aportar su granito de arena.También su sumó al homenaje el artista Juan Vallejo, autor de una escultura que representa una «silla inacabada» que Romualdo dejó a medias. La obra, ubicada en terreno municipal, se encuentra en las proximidades del monasterio Cisterciense y refleja la vida arrebatada del artesano local al que secuestraron dejando huérfana a su hija de 12 años.La nieta del sillero se sintió muy arropada durante el acto. Le acompañaron vecinos del pueblo de todas las edades -alguno le conocía «de oídas»-, de otros puntos de la provincia incluyendo la capital y sus compañeros de la Coordinadora. En total, alrededor de «100 personas» permanecieron a su lado y escucharon sus palabras junto a la escultura de Vallejo. Bajo la lluvia, emocionada, superó por unos momentos su «alergia a los micrófonos» para dar las gracias a los asistentes.Por culpa del vil asesinato de su abuelo, Sol se tuvo que conformar con los testimonios de su madre, quien se vio obligada a sobrevivir completamente sola -Romualdo era viudo- durante «dos meses» hasta que sus familiares fuesen a recogerla. Fue el deseo expreso que el sillero manifestó en la «última carta» que las autoridades franquistas dejaron escribir a los presos de Lerma. Contó dónde estaba y dejó entrever el final que le aguardaba.Han transcurrido 81 años de aquello, pero Romualdo vive en la memoria de su nieta, dispuesta a seguir buscándole hasta que le encuentre.

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