El Correo de Burgos

RIBERA

El reciclaje textil cae en Aranda de Duero un 35%

Las donaciones de ropa a Cáritas Aranda se incrementan un 15%

Uno de los contenedores habilitados para la recogida de ropa y calzado textil.-L. V.

Uno de los contenedores habilitados para la recogida de ropa y calzado textil.-L. V.

Burgos

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Comprar, usar, tirar y volver a comprar. Es la norma a seguir con la ropa, pero existe una alternativa para luchar contra una de las principales fuentes contaminantes del mundo. Es el mensaje que lanza la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Aranda junto a la Asociación Ecos del Duero. Y es que sobran los motivos para reciclar el textil derivado de una industria que «usa grandes cantidades de químicos y emite toneladas de gases a la atmósfera». Solo un dato: el 20% de los tóxicos que se vierten en las aguas proviene de la industria textil. «La producción de algodón consume el 20% de todos los pesticidas y el 10% de los insecticidas a nivel mundial», informan al recordar que el poliéster, una de las fibras más empleadas, puede tardar más de 200 años en descomponerse. «Casi el 75% de toda la producción textil, unos 6 millones de toneladas -solo en Europa- acaba en los vertederos», insisten.Pero lo cierto es que en Aranda de Duero ha bajado de forma notable el reciclaje textil. Según los datos aportados por la Concejalía de Medio Ambiente, desde que se puso en marcha el servicio de recogida de ropa -primero con Humana, en 2010, después con Ecotextil Solidartiy, desde octubre de 2014 a septiembre de 2016, y con Recuperalia en la actualidad-, el descenso ha sido paulatino, pasando de los 83.047 kilos recogidos en 2011 a 32.782 hasta septiembre de este año. De poco sirvió que en 2016 se incrementase la flota de contenedores de 19 a 23 unidades. La caída ronda el 35% en comparación con el mismo periodo del año anterior cuando se recogieron 50.839 kilos.Análisis positivoAunque pueda parecer un descenso negativo, la Concejalía de Medio Ambiente hace un análisis positivo al entender que detrás de este retroceso puede haberse producido una reducción de compra de ropa, -por la crisis o por una mayor concienciación- o una mayor reutilización, bien porque haya aumentado las donaciones o bien por la última moda de vender lo que no se usa. «Lo importante es que no acabe en el vertedero», insiste la técnica de Medio Ambiente.Un argumento que avala Cáritas Aranda, donde se ha experimentado un crecimiento en la donación de textil de un 15%. «Ojalá solo hubiera un tipo de contenedores (los rojos), los nuestros», advierte su portavoz, Ángel Hernando, en alusión al servicio externalizado por el Ayuntamiento a una empresa privada y al recordar que, con su proyecto Arropa, gestionaron el año pasado 750.000 kilos de ropa usada en la provincia de Burgos, 70.000 kg pertenecientes a Aranda y la Ribera, para cumplir objetivos sociales y ecológicos.-Más información en la edición impresa-

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