El Correo de Burgos

RIBERA

La arquitecta municipal alertó del estado de la Banca Pecho en junio

Recomendaba reforzar el apuntalamiento antes de la demolición

El edificio de la Banca Pecho después del derribo parcial.-L. V.

El edificio de la Banca Pecho después del derribo parcial.-L. V.

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ
Burgos

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Un informe de la arquitecta municipal lo advirtió hace meses: el edificio de la Banca Pecho requería actuaciones previas al derribo. El documento al que ha tenido acceso este periódico data del 13 de junio de 2017 y en él, la técnico dejaba constancia de la necesidad de demoler las partes huecas de techo en la zona de escalera y bajo cubierta así como de reforzar el apuntalamiento, reparar tres goteras y colocar algunas tejas para evitar la filtración de agua. La experta recomendaba además limpiar el escombro generado y gestionar los residuos e incluía un presupuesto de la empresa Tasio Martín por 2.255 euros más IVA.La inspectora desaconsejaba sin embargo, colocar una lona protectora al entender que podía ser contraproducente por el riesgo que implicaba su colocación, la imposibilidad de fijarla de forma adecuada, el incremento de peso que conllevaría al edificio y el riesgo que podría generar si se moviese por el aire provocando destrozos en la cubierta con el consiguiente peligro para personas y bienes.Aunque el informe partía de una solicitud que trasladó la Junta de Gobierno Local el 28 de abril, la visita que la inspectora encargada llevó a cabo el 29 de mayo no tuvo recorrido. En la comisión de Urbanismo del 17 de julio, los responsables políticos acordaron solicitar una valoración a la jefa del Servicio de Obras, Urbanismo y Servicios para que confirmara si a la vista de cómo iba la tramitación del proyecto de derribo era necesario adoptar las medidas indicadas en el informe.Según consta en el acta, el presidente que solicitó la tramitación urgente del derribo, llegó a afirmar que en el caso de haber desprendimientos «serían interiores».La respuesta de la jefa de servicio llegó un día después, el 18 de julio. «Es necesario adoptar las medidas indicadas en el informe emitido por la Arquitecta Técnica Municipal de 13 de junio de 2017», subrayaba María Luisa Haro.No hubo tiempo a más. El sábado 25 de noviembre, la caída de cascotes y unas grietas amenazadoras no dieron opción y el Ayuntamiento tuvo que acometer con carácter de urgencia -ese mismo día- las primeras tareas de derribo. Desde entonces la zona permanece acordonada y cerrada al tráfico (desde los Jardines de Don Diego hasta el puente Duero), a pesar de ser una de las principales arterias circulatorias de la ciudad. «Seguirá así hasta que se garantice la seguridad», explica la alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González.Con el fin de acelerar los trámites y a la vista del estado del inmueble, la Junta de Gobierno Local dictaminó el lunes por la tarde la ruina inminente y solicitó a tres empresas el presupuesto del proyecto de derribo y el desarrollo de la demolición. Será una obra delicada si tenemos en cuenta que las partes que dan a los edificios contiguos se tendrán que retirar a mano.En cuanto al proceso de adjudicación que se había abierto con anterioridad, para el derribo y la reconstrucción de este edificio que está llamado a albergar los departamentos financieros del Consistorio, se limitará ahora a la segunda fase.Lo cierto es que estos días se ha visto entrar a este edificio tanto a la brigada de servicios como a otros trabajadores. Este periódico intentó sin éxito conocer la versión del concejal responsable del área.

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