Los nuevos testigos no aclaran la relación de la menor y los jugadores

Sobre el papel el día prometía. Estaban llamados a declarar cuatro testigos: la amiga personal de Lucho; un amigo de la denunciante al que la joven llamó la misma noche de autos; un amigo de los deportistas con el que compartían el grupo de whatsapp en el que Viti y Lucho alardearon de haber mantenido relaciones sexuales con una menor y un joven deportista de Cataluña que estuvo con la adolescente una semana después de los hechos, pero lo cierto es que ninguno aportó nada a la causa que investiga la presunta implicación de tres ex jugadores de La Arandina (Víctor Rodríguez Ramos ‘Viti’, Carlos Cuadrado Santos ‘Lucho’ y Raúl Calvo Hernández) en una agresión sexual a una menor de edad.La jornada comenzó a las diez de la mañana. La testigo, N.G, fue propuesta por la defensa pero aclaró poco. Sólo confirmó que vio a la menor denunciante la noche de autos, sobre las 22.15 horas, desde el bar donde estaba tomando algo con los investigados y «que saludó». El testimonio no convence al abogado de la acusación, Fernando García Puertas, quien resta credibilidad por ser «novia» de uno de ellos. «Hay que ponerlo un poco entre comillas», advierte.A continuación prestó testimonio un amigo de la adolescente denunciante, al que la menor llamó inmediatamente después de abandonar el piso de los jugadores, el 24 de noviembre. El joven reconoció que recibió el día de los hechos un whatsapp donde la chica le pedía que le llamase pero él pospuso la llamada porque estaba con su padre.Tampoco dio de sí la declaración del joven con el que los jugadores Lucho y Viti compartían el chat en el que presumían de haber tenido una relación conjunta con una menor. Aunque se esperaba que aclarase si los chicos se referían a la adolescente denunciante y si conocían su edad real, el testigo se limitó a decir que «no recuerda nada». «Es una pena que tenga la memoria tan frágil», lamenta el abogado de la acusación particular. Según explicó, el joven está acostumbrado a este tipo de conversaciones y no recuerda de qué día se trata o de quién se hablaba. Porque ahí está la duda. Unos aseguran que los jóvenes hablaban de la menor y que por eso acompañaron los mensajes con una fotografía de la adolescente, pero otros como el abogado de Viti y Raúl Calvo, consideran que se trata de otra joven.Otra de las dudas que había y que tampoco se ha resuelto es por qué uno de los terminales apunta al 23 de noviembre en lugar de al 24 como día de autos. Para la acusación popular y particular la razón puede estar en una cuestión técnica pero no ha sido confirmado.Ante la imposibilidad de interrogar al otro amigo del grupo de whatsapp (porque al estar en París la legislación no permite realizar videoconferencias fuera del territorio español), la jornada finalizó con el menor catalán con el que la adolescente entabló amistad una semana después de los hechos. En su turno, aseguró que cuando vio a la menor estaba «normal». «Con este testimonio queda demostrado que la menor no tiene secuelas postraumáticas», asevera Rafael Uriarte.Con él finalizó una mañana que solo sirvió para reafirmar las distintas posturas. Mientras la defensa considera que es una fantasía de la menor que se ha agrandando «como una bola de nieve» por los familiares y la presión vecinal, social y mediática; los abogados de la acusación particular y popular insisten en que hubo delito. «A falta de comprobar si las relaciones fueron forzadas o no, lo que está claro es que al menos existe un delito de abuso sexual», afirma el abogado de la asociación Clara Campoamor, Antonio Calvo.TestA la espera de recibir los test de madurez y los resultados de los restos biológicos, lo que parece complicado es que llegue el volcado de Instagram, la red social que más utilizaba la menor para comunicarse con los investigados. «Soy consciente de que aquí Facebook España, que es la propietaria de Instagram, tiene trabajando a dos personas para toda Europa pero la esperanza es lo último que se pierde», señala Fernando García Puertas a sabiendas de que la información tiene que llegar de Estados Unidos.En cuanto al estado anímico de la menor, el letrado García Puertas celebra una ligera recuperación porque aunque sigue en tratamiento psicológico, ya ha vuelto a su colegio. «Poco a poco conseguiremos sacar esto adelante», subraya.La defensa pide un testigo de última horaAunque las partes daban por cerrada la instrucción, la defensa ha solicitado un nuevo testigo con el que pretende demostrar que la menor denunciante nunca ha tenido un trauma postraumático. Según adelanta el letrado, Rafael Uriarte, su compañera, Olga Navarro, ha solicitado la comparecencia de un joven mayor de edad que al parecer mantuvo relaciones estrechas con la menor los días posteriores al 24 de noviembre. La juez todavía no se ha pronunciado. Por otro lado, la experiencia en la cárcel ha afectado de manera desigual a los defendidos por Rafael Uriarte y aunque el menor de todos, Raúl Calvo, lo pasó «muy mal» cuando estuvo en Villanubla, donde según el abogado, fue «maltratado» por algunos presos; tras la salida de la prisión, es Víctor Rodríguez el más afectado. «El otro día estuvimos comiendo y está muy tocado», advierte.