Invitan a los ciudadanos a ayudar a completar el inventario de bodegas

Convencidos de que el futuro turístico de Aranda de Duero pasa en gran parte por revitalizar y poner en valor el singular conjunto etnológico de bodegas subterráneas, el Ayuntamiento ha encargado a la empresa redactora del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) la elaboración de un nuevo estudio con el que se pretende sentar las bases de estrategias futuras. Aunque el primer objetivo es mantener este legado, entre los retos destaca la posibilidad de conectar el entramado o al menos parte del mismo. «Es un proyecto que siempre ha estado en boca pero faltaba un estudio en profundidad», justifica el concejal de Urbanismo, Alfonso Sanz, esperanzado ante un documento «lleno de potencialidades».Lo cierto es que no es un desafío sencillo. Para empezar, el Consistorio tendrá que convencer a un gran número de propietarios que ni siquiera ha permitido a las especialistas acceder a sus bodegas. Luego está la cuestión técnica. Sólo se podrá materializar -advierte- si se garantiza que técnicamente es factible y seguro para la estabilidad del conjunto etnográfico. «Lo que la gente tiene que tener en cuenta es que estamos aquí para ayudar», garantiza.Por el momento, el estudio preliminar realizado por el equipo redactor del plan se abre a la ciudadanía con el fin de completar el inventario con todos los elementos de este conjunto declarado Bien de Interés Cultural (BIC). La exposición pública estará operativa en la Casa de Cultura hasta el 30 de mayo, «y organizaremos además un acto abierto al público en el que el equipo redactor explicará el estudio y recogerá todas las aportaciones y sugerencias que se realicen», anima la concejala de Turismo, Celia Bombín.Destaca la importancia de un documento que parte de todos los estudios realizados hasta el momento, desde la investigación de Alberto Villahoz García y Javier Iglesia Berzosa, en 1982, hasta los levantamientos topográficos de Enrique Calleja (2008); el inventario aportado por Terracota en 2010 y la digitalización integral de la tesis doctoral de Fernando Blaya, en 2014. «Se ha llevado a cabo una minuciosa reelaboración del plano de conjunto, completando y actualizando un complejo mosaico, cuyas teselas son las diversas planimetrías individuales que se han realizado hasta ahora», recalca Bombín.El entramado de bodegas subterráneas de Aranda fue el primer conjunto etnográfico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) de Castilla y León. Su excepcionalidad radica, según confirma este nuevo documento, en unas estructuras morfológicas ricas y variadas, y en la singularidad de cada una de las bodegas. «Encontramos desde estructuras sencillas de espacios únicos hasta complejas bodegas de numerosas naves que conforman redes donde se alternan espacios concatenados y bifurcaciones», resume la concejala de Turismo, satisfecha «porque el estudio contribuye a esclarecer la enmarañada red que aparentemente forma».Salvo excepciones, el estado general anima al optimismo y desde el punto de vista estructural, las bodegas, naves y accesos, están bien conservados y son utilizables. «La mayor parte de las bodegas de las que se tiene datos se encuentran en buen estado, aunque en muchas existan pequeñas deficiencias constructivas», detalla al recordar que una de las principales causas de problemas constructivos en las bodegas son las humedades, que pueden provocar derrumbamientos. «Normalmente vienen derivados de una insuficiente ventilación o por fugas en tuberías».De ahí que el mantenimiento no sea una opción tanto en los elementos estructurales como en el patrimonio mueble. «Los muebles y aperos relacionados con la actividad vinícola, las cubas y tajones, los tinos, los elementos de iluminación, suponen vestigios del pasado de las bodegas», insisten sin perder de vista a las zarceras, un sistema de ventilación que asegura la respiración de este gran organismo, y que resulta también vital para la mejora del espacio público arandino.