CCOO critica que Cobur «oferte que la plantilla se una en cooperativa»

«Totalmente decepcionante». Así definía ayer el encuentro mantenido entre los representantes de la empresa y de la plantilla de la Cooperativa Avícola (Cobur), el secretario de Industria Agroalimentaria de Comisiones Obreras, Marco Antonio Pérez. Y es que, como explica, todos los presentes consideraron «de broma», muchas de las propuestas que ayer la patronal puso sobre la mesa a los representantes sindicales de la plantilla. «Con las que parecen no tomarse en serio esta situación tan desalentadora para todos los trabajadores, la gran mayoría con décadas de antigüedad en esta fábrica», lamentaba Pérez.Detalló que una de ellas fue, «de nuevo», insistir en que los empleados formen una cooperativa, pasando a ser ellos quienes costearían la seguridad social, «que supone unos 240.000 euros», cifró el sindicalista. «Pero eso sí, manteniendo horarios, formas de trabajo, proveedores... Vamos, una falsa cooperativa, una ilegalidad contra cuya existencia estamos luchando en todo el país», criticó, «y sólo una vez hecha, entonces, aseguran que se realizarían mejoras en la fábrica», añade.De ahí que hayan exigido que en la próxima reunión -fijada para el martes 15-, la patronal aporte el proyecto de dichas mejoras, «aunque estamos convencidos de que éste ni existe», augura Pérez.Otra de las propuestas que tampoco ven clara fue la de sacar a dos personas del actual ERE (Expediente de Regulación de Empleo) extintivo que afecta a 30 de los 115 trabajadores, uno de los cuales apoyan sin problemas al ser una empleada jubilada parcial «que ya ha cumplido con el tiempo que debe trabajar». Sin embargo piden justificaciones para el segundo caso, «pues no vemos ninguna razón objetiva para ser el elegido entre los restantes 29 afectados, excepto ser una persona afín a la empresa a la que, creemos, sólo se quiere solucionar ‘la papeleta’», reprochó.Una tercera queja fue la propuesta de recolocaciones y prejubilaciones que ofertó la empresa, ésta última para mayores de 58 años, «entre los que sólo hay 11 personas y 7 de ellas jefes de área o en labores comerciales y de oficina, con lo que de nuevo dejan de lado a la mayoría de los empleados», detalló.Recolocaciones en las que, añade, se piensa en los más de 80 trabajadores restantes no afectados por el ERE, pero que sin embargo aunque aceptaran esta medida, no podría hacerse efectiva a no ser que uno de los 30 afectados por el ERE dejara libre un puesto».Propuestas «que nos parecen una broma, lo que sumado a sus actuaciones de estas semanas, nos hacen dudar de su buena fe», reconoce Pérez. «Aunque nosotros seguiremos peleando hasta el 25 de mayo en que acaban las negociaciones», asegura. «Pelea en la que no nos temblará el pulso para llevar todo el proceso a los tribunales si la empresa sigue con esta actitud y no hay acuerdo», advierte.Recordó que la plantilla la configuran más de un centenar de trabajadores, de los que 30 fueron despedidos, lo que llevó al conjunto de la plantilla a iniciar el 2 de mayo un paro indefinido. Y que comenzó con irregularidades, añade, como fue la decisión de la empresa de cerrar la fábrica sin dar opción a los empleados a entrar o no si lo deseaban -y motivando la apertura de un atestado por la Policía Nacional que acudió en respuesta a la llamada de CCOO-. Así como trasladar la labor del matadero a la planta segoviana de Uvesa en Cuéllar, lo que se interpretó como una vulneración del derecho a huelga al sustituir a unos trabajadores por otros.De forma paralela se abrió también el pertinente proceso negociador cuya primera cita fue el lunes 7. Día en el que ante la posibilidad de trasladar 5.000 pollos, parte de los empleados realizó su trabajo. A cambio, la empresa se comprometió a dar ‘licencias retribuidas indefinidas’ a la plantilla hasta el día 25, lo que significa que la huelga sigue pero la plantilla cobra toda su retribución.