77 menores burgaleses acabaron en urgencias en estado de coma etílico

Casi el 23% de los estudiantes de entre 12 y 18 años que participaron en encuestas realizadas para conocer la realidad del consumo de alcohol entre los más jóvenes, confesaron haberse emborrachado la semana anterior. Consumo que va en aumento, tal y como han comprobado los expertos tras el análisis progresivo de los resultados de estas encuestas anuales, que reflejan que si hace 8 años las urgencias pediátricas atendían 1 intoxicación por alcohol cada 6.000 visitas, hoy es una de cada 2.300 visitas.«Dato alarmante al que se suma aquél que muestra que la mitad de los casos que llegan a urgencias por comas etílicos, los protagonizan jóvenes de entre 12 y 15 años, lo que en la provincia de Burgos se tradujo en 2016, en 77 casos».Éstas son sólo algunas de las preocupantes cifras que ayer ofreció el doctor Manuel Mateos, coordinador del programa de prevención de drogodependencias de la Diputación. Todas ellas extraídas de los últimos estudios realizados para analizar, e intentar hallar una solución, al peligroso binomio ‘jóvenes-consumo de alcohol’. «Algo que desgraciadamente se ha convertido en un grave problema social, y en cuyo análisis en la zona rural trabajamos coordinados con estos expertos desde los 21 CEAS (centro de acción social) provinciales», comentó a su vez la responsable de los CEAS, Enma Maestu.Preocupación que, como añadieron ambos, les han trasladado no sólo las familias -«con las que llevamos años realizando cursos de concienciación y modificación de conductas»-, sino también los alcaldes a través de las reuniones mantenidas con ellos tras expresar los munícipes su preocupación al respecto en el foro de alcaldes.Y es que en los pueblos, al consumo temprano de alcohol de la juventud, «se suma al aumento de empresas que llevan a cientos de jóvenes en autobús a las fiestas rurales, donde éstos consumen sin control hasta la madrugada, causando además daños en la convivencia y en los espacios públicos del lugar», advirtió Mateos.De ahí que la Diputación esté elaborando una ordenanza en colaboración con los responsables del programa, «a la que hemos pedido que se unan, evidentemente, la Subdelegación de Gobierno, la Junta y los cuerpos de seguridad», explicó el diputado provincial de Bienestar Social, Jorge Mínguez. La intención, añadió, «es reunirnos antes de julio, y crear cuanto antes un texto modelo y abierto que sirva a los municipios como herramienta en caso de querer adoptarla y adaptarla a sus necesidades, pues es voluntario». Aclaró que no se trata de multar, «pues no es nuestra labor, «sino de ofrecerles herramientas que puedan ayudarles a gestionar esta situación».