El Correo de Burgos

TRADICIONES

La Fiesta del Capitán revive la vieja rebeldía de Frías

Danzarines y vecinos cumplieron la tradición como viene repitiéndose anualmente desde hace siglos

El Capitán porta la bandera al hombro.-G. GONZÁLEZ

El Capitán porta la bandera al hombro.-G. GONZÁLEZ

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G. GONZÁLEZ / Frías
Burgos

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Una de las fiestas populares más antiguas de España es la del Capitán de Frías que cada año recuerda la defensa de sus fueros por parte de los fredenses sin importar el esfuerzo que requiera. La conmemoración viene celebrándose, con seguridad, desde los mismos días del acontecimiento lo que la enmarca dentro de las más antiguas de España. Esto queda ratificado por la ordenanza nº. 43 de la ciudad del año 1481 que mandaba: «Que guarden la víspera de San Juan de Junio. Otros y hordenaron que cualquier vecino desta dicha ciudad que labrare vyspera de San Juan de Junio nin fisiera otra labor salbo traer rama o yerba que peche de pena quarenta e ocho maravedís e aya el acusador diez maravedís dellos».

Este año el calor fue el protagonista de la fiesta que comenzó con la Misa de El Capitán en la Parroquia de San Vicente Mártir y, una vez concluida, la recogida de la bandera que ondea en la Casa Consistorial por parte del Capitán. Una de las partes inamovibles de esta fiesta es precisamente la entrega de esta bandera, de origen hasta la fecha no documentado, ya que la tradición manda que nunca entre o salga por la puesta de la Casa Consistorial sino que ha de ser entregada por el exterior al Capitán.

En ese momento, tras ser alabado por los danzantes con la tradicional fórmula «A la salud del Capitán y su acompañamiento, que Dios le guarde por muchos años, QUE VIVA», comienza su camino por las calles de la ciudad hacia el puente medieval acompañado además de los danzadores, dulzaineros y redoblante por las autoridades, vecinos y visitantes de la ciudad así como por caballos enjaezados.

Cabe destacar que pese a no ser una distancia excesiva durante todo el trayecto los danzarines repiten de forma continuada el peculiar baile de la fiesta.

Este año pese a una temperatura que rondaba los 40º y sin apenas zonas de sombra se mantuvo el ritmo tanto de los mayores como de los más pequeños que, vestidos a la usanza tradicional, acompañaban a la comitiva.

Igual temple mostró el actual Capitán, manteniendo la tradición, tras cruzar el puente medieval por el camino tradicional ejecutando el primer revoloteo de la bandera siendo premiado por los entusiastas aplausos de los asistentes.

Si perder el tempo de la fiesta se retornó a la ciudad con la parada en la era de San Juan donde se lleva a cabo el segundo revoloteo con dos series de movimientos.

En el transcurso de estos actos el Capitán, que lleva la bandera al hombro, hace una reverencia respondiendo a los vivas de los danzantes quitándose el sombrero antes de revolotear la bandera a ras de suelo formando solamente una sola serie de movimientos.

Tras ello se regresa a la ciudad acompañados por los cánticos de las mujeres por el camino de la Rueda ejecutando el tercer revoloteo en la plaza del Ayuntamiento tras lo que la bandera retorna al balcón de la Casa Consistorial.

Este formato apenas ha cambiado en más de medio milenio modificándose el pasado siglo la tradicional fecha del 24 de junio por el domingo más cercano a esta fecha. Igualmente la indumentaria del el Capitán ha experimentado cambios conforme pasaban los siglos y actualmente el uniforme que luce están inspirado en las ropas militares del siglo XIX o el ‘asalto’ a las huertas principalmente por la desaparición de estas en el recorrido.

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