Las lluvias reducen a la mitad las peticiones de cisternas de agua

Las lluvias de estos últimos meses que de forma generalizada han regado toda la provincia -incluso en demasía a tenor de los problemas que semanas atrás la fuerza de éstas causó en Salas o Tordómar entre otros puntos-, han traído consigo que las peticiones de cisternas de agua se hayan reducido a la mitad. Así, mientras que en el primer semestre del pasado año ya se habían solicitado 26 cisternas en nueve localidades burgalesas, en los seis primeros meses del presente año solamente se han pedido 12 para cuatro localidades de la provincia.«Y cuatro de ellas tuvieron que llevarse en abril debido a una avería puntual que se produjo en las conducciones en Quintanamanvirgo, ni siquiera por problemas de sequía», detalla Jesús Manuel Gonzále, responsable del servicio en la Diputación. Remarca así cómo las lluvias de estos meses han logrado la recuperación de los acuíferos, «frente a la escasez de agua que se hizo evidente en cuanto comenzó el pasado julio, y que se disparó en agosto».De hecho, en julio de 2017 se llevaron 71 cisternas de agua mientras que sólo en el mes de agosto fueron 214, ya que a la persistencia de la falta de lluvias se sumó el aumento de población por las miles de personas que se fueron a pasar las vacaciones a los pueblos, «que hizo que en agosto se sirvieran casi la mitad de las cisternas del año».Reconoce que a lo largo del tiempo, las peticiones son cada vez menos numerosas pues hasta hace unos años, gran parte de los problemas de abastecimiento derivaban de las fugas y mal estado en que se encontraban los equipos de agua existentes en los pueblos.Sin embargo, su mejora «se ha convertido en una de las prioridades de los alcaldes y uno de los fines para los que éstos piden ayudas, ya que no sólo se trata de un ahorro monetario sino de evitarse quejas de sus vecinos y preocupaciones añadidas», comenta.Respuesta en 24 horasEn este momento, el servicio de abastecimiento con cisternas lo realiza una empresa, «contrato que se renueva anualmente, puesto que la Institución Provincial no cuenta con este tipo de vehículos en su parque de maquinaria», explica.Añade que dicho servicio supuso en el pasado año unos 100.000 euros, «pues los ayuntamientos sufragan el 20% del gasto de llevar la cisterna (que ronda los 400 euros por cada una según la distancia), quedando el 80% restante en manos de la Diputación y la Junta por los convenios entre ambas». Presupuesto que, como añade, «no se prevé aumentar por ahora, ya que permite dar un servicio adecuado de atención a todo el territorio burgalés, pues las cifras del pasado año no son las habituales».Explica que el protocolo de actuación ante la solicitud de una cisterna por parte de un ayuntamiento, «tiene una respuesta muy rápida pues salta un aviso inmediato, lo que hace que en no más de 24 horas, la localidad reciba el agua». A la par detalla que dicha cobertura del territorio provincial se realiza mediante la utilización de 2 cisternas -que cubren así la zona norte burgalesa- y otras 4 para la zona sur y el alfoz, con una capacidad de 15.000 litros.