El Correo de Burgos

Se lleva 1.000 euros tras amenazar a la directora de Ibercaja en Oña

El atracador esperó a que abriera la oficina y huyó en cuestión de minutos / Vestía «un mono azul y un chaleco reflectante»

La oficina se encuentra en la plaza del Padre Cereceda, en pleno centro de Oña.-G.G.

La oficina se encuentra en la plaza del Padre Cereceda, en pleno centro de Oña.-G.G.

Burgos

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Ocurrió tan rápido que nadie se enteró de lo que había sucedido hasta que la Guardia Civil se personó en la plaza del Padre Cereceda de Oña a primera hora de la mañana. En cuestión de minutos, un hombre salía de la sucursal de Ibercaja en la localidad con un botín de 1.000 euros tras amedrentar a la directora, que se disponía a abrir la oficina pasadas las 8 de la mañana sin imaginar el mal trago que estaba a punto de pasar.Aunque a esas horas no había ni un alma por la calle, un vecino observó minutos antes del atraco a «un hombre merodeando por la zona con un mono azul y un chaleco reflectante». De primeras, pudiera parecer que esperase la apertura de la oficina para realizar cualquier tipo de gestión. Nada más lejos de la realidad. En cuanto la directora abrió la puerta, se introdujo junto a ella en el interior de la sucursal amenazándola con un arma para intimidarla y así lograr su objetivo lo antes posible.A tenor de la descripción facilitada por el testigo que vio al ladrón merodeando minutos antes de cometer el atraco, cabe la posibilidad de que se trate de alguien que trabaja en la comarca. No en vano, tampoco se descarta que utilizase dicha vestimenta con la intención de dejar el menor número de pistas posible o simplemente jugar al despiste.Sea como fuere, la Guardia Civil se personó en la sucursal para interrogar a la víctima y tomar huellas con el fin de identificar al autor del robo. Entretanto, los vecinos de Oña se fueron enterando de una noticia que pilló a todo el mundo por sorpresa. Fue el caso de la propietaria de la casa rural Camino Condal, ubicada junto a la oficina. Aunque estaba despierta a esas horas, no tuvo constancia de lo sucedido hasta que un cliente se lo comentó nada más ver a la Benemérita frente a la oficina.También se enteraron del atraco a través de sus clientes en el hostal rural El Hotel del Convento, a menos de 100 metros de la oficina de Ibercaja. Lo único que sabían sus empleados al respecto era que el asalto se había producido a primera hora de la mañana y poco más. El ladrón actuó tan rápido que casi nadie podía aportar información relevante de cara a la investigación.Similar respuesta desde el restaurante Blanco y Negro, también a menos de 100 metros. Según relataba un trabajador, tan solo se escuchaban los típicos «cotilleos» que, obviamente, ayer corrían como la pólvora por las calles del municipio.

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