Arte e historia en el Arlanza

En el corazón de la comarca del Arlanza, recostada en su ribera, se encuentra la villa de Quintanilla del Agua, a 50 kilómetros de la capital burgalesa, pero a tiro de piedra de localidades como Lerma y Covarrubias. Por su traza urbana discurre el Camino del Cid, una travesía cultural que une Burgos con Valencia siguiendo los pasos de la peripecia vital del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar..

Muchos son los atractivos que atesora una localidad con una población censada de alrededor de 400 habitantes y que incluye en su término municipal a Tordueles -con quien forma Ayuntamiento-.Entre los más destacados hitos turísticos de la localidad destaca la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora. Es un templo construido en los siglos XI y XII siguiendo los cánones del estilo románico de la época y que cuenta en su interior con una pieza de gran valor, una pila bautismal del siglo X, además de un retablo del siglo XVII de estilo barroco.La localidad cuenta también con otro bien patrimonial, la ermita de la Inmaculada Concepción y una muralla que acompaña al río en parte de su recorrido.

Al arte religioso de la villa se suman unos espacios tan atractivos como utilizados. Y es que los bautos, como se conoce a los habitantes de Quintanilla de Agua, cuentan en las cercanías de su casco urbano con un gran número de bodegas o cuevas, situadas en la zona conocida como San Roque.Es una tierra de grandes historias y leyendas, al encontrarse en el legendario recorrido que llevó Rodrigo Díaz de Vivar hasta la capital valenciana. Además, cuenta con un entorno natural privilegiado en el que se pueden realizar todo tipo de deportes al aire libre, un aspecto que cada vez es más tomado en cuenta por los turistas.Desde tiempos inmemoriales la agricultura es la principal fuente de riqueza de Quintanilla del Agua, con la siembra de cereales como principal cultivo. Aunque su ubicación junto al Arlanza le permite también una importante presencia del regadío.La principal festividad de la villa burgalesa es la de la Santísima Trinidad, que se celebra los fines de semana anterior y posterior al Corpus Christi (60 días después del Domingo de Resurrección).A las fiestas patronales se unen otras tradiciones como la fiesta de la matanza o, ya en fechas navideñas, el Belén viviente que desarrolla todo el pueblo, una cita que cada año acerca a la localidad a cientos de curiosos.Pero sin duda alguna el principal atractivo turístico de Quintanilla del Agua en la última década es una iniciativa singular que se ha abierto un hueco en el panorama cultural de la región, el denominado ‘Territorio Artlanza’.Se trata de una iniciativa llevada a cabo por Félix Yáñez, un escultor y ceramista que poco a poco ha ido recreando un pueblo castellano en el que cada uno de sus edificios es un pequeño museo que revive la historia de los pueblos castellanos de los siglos XIX y comienzos del XX.Considerada como la mayor escultura del mundo realizada por una sola persona ha dinamizado la actividad de la localidad y ha situado a Quintanilla del Agua en el centro de la escena turística burgalesa.Con más de 8.000 metros cuadrados utilizados, la ‘escultura’ recrea una típica población de Castilla y cuenta en su interior con, además de las fachadas típicas castellanas, varios museos, como el etnográfico, el de la fotografía o el de cerámica.Dentro del pueblo, que ha recibido numerosos premios y reconocimientos, destaca el corral de comedias, donde desde hace varios años se celebra cada verano el Festival de Teatro de Cámara Territorio Artlanza, que a pesar de su corta vida cuenta con una gran acogida por parte de la crítica y el público.