WIM, olimpo creativo en Frías

La música de un violín acompaña al visitante que recorre las calles empedradas de Frías, el sonido de un saxofón se escapa por el vano de una casa solariega, las risas nerviosas de alguien que no consigue hacer bailar un malabar en el aire amenizan el café tomado en una terraza... El What is music?, WIM para propios y extraños, sorprende en cada plaza y al doblar cada esquina. El Encuentro Internacional de Música y Arte convierte a la ciudad medieval en una suerte de paraíso en la tierra de la que han gozado en torno a 600 personas cada día durante los últimos diez, 200 participando de forma activa en los talleres y actividades de un exhaustivo programa, a las que se suman en torno a 50 profesores y 50 miembros de la organización, según los cálculos de esta.El WIM vive hoy su día grande. Un colofón a diez jornadas de música, teatro, danza y magia que comenzará con puertas abiertas y una paellada popular a servir desde las 14.30 horas para seguir con una sobremesa cargada de arte. Los asistentes a los cursos intensivos desplegarán lo aprendido y creado en una exhibición que arrancará a las 16.30 horas. La guinda la pondrá el concierto de El Naán en el Castillo, en el que los responsables de la cita esperan contar con hasta mil espectadores. El grupo palentino desgranará las canciones de su último disco, La danza de las semillas, música de raíz con la que ha alcanzado el número uno en el Transglobal World Music Chart.Será el momento de despedir un encuentro que deja maravillado a quien pasa por allí y que ha experimentado un crecimiento progresivo desde que se puso en marcha hace cinco años.Su filosofía se mantiene desde entonces. «El objetivo es crear una comunidad de artistas conviviendo en un entorno y un ambiente propicio que ayude a poner en práctica y dar rienda suelta a todos los conocimientos adquiridos en la soledad del estudio durante todo el año, generando como resultado una experiencia enriquecedora tanto para los participantes como para la localidad», explican desde la organización de esta iniciativa que se aleja del concepto actual de festival para retratarse como «una nueva forma de ocio activo donde los asistentes no son meros espectadores o consumidores de cultura, sino creadores de ella».Por eso, apuntan, durante su desarrollo la ciudad más pequeña de España se convierte en un espectáculo continuo.Y aunque estos días han discurrido fetén y, probablemente, el WIM prosiga su trayectoria con una sexta convocatoria, sus responsables tampoco la confirman. «Es pronto para asegurarlo porque requiere mucho esfuerzo y los organizadores tenemos nuestro trabajo más allá de este evento y contamos con muy pocas ayudas, ni públicas ni privadas», observan.Habrá tiempo para el análisis. De momento, se quedan con la calidad de la edición que concluye hoy y el talento de los artistas que han pasado por Frías, una nómina en la que figuran el pianista flamenco Alfonso Aroca, el legendario guitarrista de la banda de Fela Kuti Kologbo, el folclorista fusión Carlos Soto, la cantante Noa Lur, la bailarina de danza tradicional Patricia Melero, el acróbata Andrés Vázquez de Prada... Nombres para un olimpo creativo.