Hallan muerto un buitre en el parque eólico de Marmellar

«No es la primera vez que pasa». Fue el comentario del vecino de Marmellar de Arriba que ayer vio truncado su paseo matinal, tras hallar el cadáver de un buitre adulto a los pies de uno de los numerosos molinos eólicos que remarcan el perfil municipal. «Sabíamos que esto iba a pasar y nadie nos hizo ni caso», añade tras recordar que su localidad fue una de las que se opuso años atrás a la construcción de este parque de aerogeneradores que, con más de 200 hectáreas de extensión, ocupa terreno municipal de la localidad y de las dos vecinas de Páramo del Arroyo y Arroyal.«Los hemos encontrado muchas más veces, pero no tantas como muertes de aves causan de verdad estos molinos», puntualiza, «pues hemos visto gente recogiendo los cadáveres, no sabemos si por encargo de la empresa del parque o motu propio por higiene o pena al ver al animal», argumenta.Recuerda que tras conocerse la intención de construir un nuevo parque eólico en la zona -ya existía otro creado en torno a 2004 también con más de una docena de molinos-, el Ayuntamiento informó a los vecinos sobre dicho proyecto con el fin de conocer su opinión al respecto,decidiendo el Ayuntamiento presentar alegaciones, al entender que existía demasiada cercanía al núcleo urbano -apenas unos 400 metros-, y el daño ambiental que éste causaría, entre otras quejas, «ya que esta zona es de gran interés ornitológico como zona de cría de aves -siendo una de las presentes el águila culebrera que goza de protección-, y sobre todo como vía de paso de aves cuando emigran, y eso nadie lo tenía en cuenta».El proyecto siguió sin embargo adelante, tras catalogarlo la Junta como de utilidad pública, por lo que procedió a expropiar a Marmellar el terreno perteneciente a la pequeña localidad del alfoz burgalés que quedaba dentro del proyecto, dando asimismo su visto bueno a la realización del proyecto. «Salta a la vista que de nada sirvieron nuestras quejas, pues a día de hoy fácil es ver el parque, porque estamos a menos de 4 kilómetros de la Catedral de Burgos», reprocha.Si bien el vecino insiste en no tener nada en contra de la energía eólica y las renovables, destaca que en el caso de esta localidad «este parque no agrada a casi nadie, aunque digan que las aspas están señalizadas e impiden que estos animales choquen, y que le supone un beneficio económico al pueblo».Beneficios que sólo derivan de los impuestos obligatorios que la empresa debe pagar por IBI y de IAE -es decir por ocupar el suelo municipal y por la actividad empresarial, respectivamente-, y que supone en torno a 6.000 euros anuales de ingresos para la localidad.«Para mí es más importante la tranquilidad y la vida natural, que es lo único que nos va quedando a los pueblos»,asegura, «además del ruido constante que no cesa ni de noche ni de día, y que se oye perfectamente al estar los aerogeneradores a apenas 400 metros de nuestras casas y viviendas».