El Correo de Burgos

El desmantelamiento del reactor de Garoña se producirá antes de 2030

El plan de desmantelamiento de la central, que se prolongará a 2033 y desarrollará Enresa, tendrá un coste de 480 millones de euros / Del total, 220 millones se destinarán al desmontaje de toda la instalación

Trabajadores de la central desarrollan labores técnicas en el reactor.-ECB

Trabajadores de la central desarrollan labores técnicas en el reactor.-ECB

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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El pasado mes de agosto la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) entregaba al Ministerio para la Transición Tecnológica el Estudio Básico de Estrategias para el desmantelamiento de la Central Nuclear de Santamaría de Garoña para llevar a cabo las actividades preparatorias del desmantelamiento, en conjunción con el actual titular de la instalación, Nuclenor, y una vez que el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital confirmara la no continuidad de explotación de dicha central.Esta plan de desmantelamiento tendrá un coste de 480 millones de euros y una duración aproximada de quince años, tal y como explica el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente. De esos 480 millones de euros, 220 millones se destinarán al desmontaje de la central y 130 millones de euros irán a parar a la gestión del combustible y del Almacén Temporal Individualizado en el que se efectuará la descarga del combustible gastado de la piscina a los contenedores suministrados por Enresa como paso previo a su remisión al Almacén Temporal Centralizado, una vez este se encuentre disponible. Los 130 millones de euros restantes se destinarán a los servicios de ayuda (subcontratas).Actualmente Nuclenor se encuentra desarrollando las tareas preparatorias, «labores que se extenderán al menos hasta 2025», según comenta el subdelegado, quien recuerda que la fecha prevista para la clausura definitiva de los trabajos no se producirá antes de 2033. Uno de lo hitos de este proceso, el desmantelamiento del reactor nuclear, «se producirá antes del año 2030» y el resto de los edificios se desarmarán «un tiempo después».Tras la fase de desmantelamiento será el momento de descontaminar, posteriormente «será el turno de los trabajos de demolición y restauración», avanza De la Fuente, «hay que dejar la zona en su situación primigenia, poniendo especial interés en este punto ya que la central se encuentra ubicada en un espacio privilegiado y de alto valor natural. Esa restauración llegaría «aproximadamente en ese año 2033 del que se habla».Este plan de desmantelamiento «podría suponer empleo para los habitantes de la zona» y es que, si toda marcha según lo previsto, en «uno o dos años arrancarán las contrataciones de personal local». Par De la Fuente podría «ser una oportunidad de empleo para los antiguos trabajadores de la central ya que se necesitará personal especializado que podría encontrarse en estas personas ya que son ellos quienes mejor conocen los espacios y las máquinas de la central».Reactivación de la zonaPor otra parte, el subdelegado apuntó que el Plan de Reactivación que proponen los ayuntamientos de la zona «no resulta lo suficientemente ambicioso», ya que «el objetivo es recuperar toda la zona norte de la provincia, es decir, Merindades, Bureba y Miranda de Ebro porque esta decisión influye a todas ellas».En este sentido, De la Fuente cree que es clave «apostar por un plan integral que no solo se centre en el apoyo industrial sino en otros ámbitos como el patrimonio, el medio ambiente o la cultura» y avanzó que se reunirá «en unos días» con los ayuntamientos de la zona.

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