Villaveta restaura la cubierta de su futuro centro sociocultural

Por fin se puede acceder al viejo granero de Villaveta sin que las goteras empapen al personal en días de lluvia. El esfuerzo altruista de la Fundación Los Tercios para consolidar el edificio y reconvertirlo en centro sociocultural continúa dando sus frutos tras dos años de trabajo paulatino pero ininterrumpido. No ha sido fácil sacar adelante el proyecto por cuestiones económicas, pero afortunadamente la primera fase ha culminado con la cubierta totalmente restaurada. El promotor del proyecto y cura de la localidad, José Antonio Calleja, celebra el logro por todo lo alto. El nuevo tejado, con ventanales a estrenar para que los rayos de sol iluminen la estancia de la segunda planta, respeta la estética original del inmueble. Obviamente, la actuación ha conllevado un importante desembolso económico. Nada más y nada menos que 30.250 euros sufragados para la primera certificación de la obra a través de las aportaciones voluntarias de los vecinos del pueblo y los integrantes de la Fundación. Hay que sumar además los gastos derivados de la licencia municipal, la acometida de agua y la redacción del proyecto a cargo del arquitecto técnico. En paralelo, Los Tercios de Villaveta ha invertido alrededor de 500 euros en el desarrollo de actividades durante el verano para ampliar la captación de fondos, pues tal y como subraya Calleja, «toda aportación es y será siempre importante». Además, la programación de eventos -sobre todo durante la Semana Cultural de San Roque- es la excusa perfecta para «dinamizar el pueblo» a la espera de que el ansiado centro entre en funcionamiento. Después de abonar la cantidad adeudada el pasado mes de noviembre, la Fundación encara la segunda fase con ilusión. Pero también con incertidumbre, pues su inicio y desarrollo dependerá de los fondos disponibles para acometer el arreglo de las fachadas o del interior. «Queremos ser realistas», reconoce el sacerdote consciente de que tanto él como sus compañeros deberán llamar de nuevo a muchísimas puertas para que el proyecto siga su curso. Cuando vean «cómo está el patio», la Fundación determinará el orden de actuación de acuerdo al presupuesto disponible. No en vano, Calleja afronta con optimismo esta nueva etapa porque el espíritu de «unidad» y de «comunidad» se mantiene intacto en el seno de Los Tercios, que no ceja en su empeño de recuperar «otro edificio noble» en Villaveta que permitirá acoger un sinfín de actividades de puertas hacia dentro. Mientras tanto, los voluntarios que participan del proyecto no se han quedado de brazos cruzados. Las dos plantas del antiguo granero se encuentran libres de escombros tras una completa limpieza. Ahora son «dos grandes salones», pero tarde o temprano será necesario «planificar la distribución real del espacio que tenemos» para adecuar las estancias a los usos posibles de este futuro punto de encuentro sociocultural. Las palabras de agradecimiento del cura hacia todas aquellas personas que han colaborado con la causa se extienden hasta el infinito. Sabe lo que cuesta ayudar económicamente en los tiempos que corren y por eso se deshace en halagos mientras resta importancia a las aportaciones, de su propio bolsillo, que en su día también resultaron de gran utilidad para actuar en la iglesia de la Inmaculada Concepción. Lo importante para él es sumar sin fijarse en las cantidades que cada uno destina. Por el momento, le reconforta saber que este emblemático edificio se librará de las goteras «otros 500 años» por lo menos. El resto de intervenciones acabarán llegando porque el compromiso se mantiene tan firme como el primer día.