El Correo de Burgos

El Ebro se desborda en Miranda mientras el Nela inunda Villarcayo

La riada en ambas localidades causa cuantiosos daños en dotaciones públicas e inmuebles privados L La DGT restringe el acceso y obliga a circular con precaución en más de una decena de carreteras

Las calles de Villarcayo se inundaron por completo. En algunos tramos se alcanzó un metro de profundidad. ECB-ECB

Las calles de Villarcayo se inundaron por completo. En algunos tramos se alcanzó un metro de profundidad. ECB-ECB

Burgos

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El temor a una riada como la de 2015 vuelve a instalarse en Las Merindades y el entorno de Miranda. No es para menos, ya que las crecidas de los ríos Ebro, Nela y Trueba tras las precipitaciones de los dos últimos provocaron ayer cuantiosos daños en municipios como Villarcayo, hasta el punto de que su alcalde, Adrián Serna, no dudó tachar de «catástrofe» las inundaciones dentro del casco urbano y alrededores.Después de cubrir el Soto, el incremento del caudal en el Nela anegó el complejo de la Residencia de Mayores, la estación de autobuses y el Centro de Salud, sin luz desde el miércoles a última hora de la noche hasta las 10 de mañana. Tal era la tromba de agua que no quedó más remedio que suspender las consultas médicas y habilitar únicamente los servicios de Urgencias y ambulancias. Además, también fue necesario suspender las clases en los dos centros educativos, prácticamente «inaccesibles» para alumnos y profesores.Desde primera hora de la mañana, Serna permaneció en contacto con el 112 y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para «atender las necesidades de los vecinos». Al mismo tiempo, la Guardia Civil, Cruz Roja y Protección Civil establecían un protocolo de «coordinación» ante cualquier incidente, tanto en el casco urbano como en las carreteras.«Que la gente que no tenga que salir urgentemente no salga de su casa». Con este llamamiento, el regidor trataba de advertir a la población sobre los riesgos de una riada que, en algunos tramos, llegó a alcanzar un metro de profundidad. Asimismo, lamentó que las inundaciones afectasen de pleno a las nuevas instalaciones deportivas, inauguradas hace poco más de un año.Mientras Villarcayo afrontaba el desbordamiento del Nela, Miranda permanecía en alerta ante la crecida progresiva del Ebro. El caudal del río, en continuo ascenso desde el miércoles, obligó a extremar las precauciones desde el minuto uno. De entrada, se cortaron los accesos al paseo de la Arboleda y el entorno de la calle Álava mientras se recomendaba la salida de vehículos estacionados en garajes de calles próximas al río como«medida preventiva».En base a las previsiones de la CHE, que vaticinaba un caudal de 900 metros cúbicos por segundo a partir del mediodía, el Ayuntamiento comenzó a tomar medidas de inmediato. Por ejemplo, el cierre del Colegio Aquende y el Camino del Penbu, el desalojo del instituto Fray Pedro de Urbina o la limitación de accesos y la evacuación del polideportivo municipal. Además, el Ayuntamiento también informó de la previsible crecida del Ebro a los juzgados y Montefibre mientras aprobaba, con «carácter excepcional», permisos de aparcamiento en zonas ORA «sin pago de tasa» a los vehículos afectados por la riada.A última hora de la mañana, el lago del río Zadorra rebasaba su cauce y se extendía por las fincas situadas en la parte inferior de una urbanización. Según fuentes municipales, los bomberos barajaban la «hipótesis» de que el caudal «pudiera llegar a cota de asfalto», por lo que se colocaron «sacos de arena» para «tratar de clausurar posibles entradas de agua por sumideros y muros». Poco después, se cortaban los accesos a la depuradora.Ya por la tarde, y en vista de que los datos proporcionados por la CHE seguían en ascenso, el Ayuntamiento optó por «trabajar con una previsión de 950 metros cúbicos por segundo y una altura de 6,55 metros» en torno a las 10 de la noche pese a que el organismo de cuenca mantenía una previsión de 900 metros cúbicos por segundo y una cota de 6,10 metros. De esta forma, la Corporación barajaba la opción de aprobar otras medidas «a mayores» mientras los bomberos y la Policía Local coordinaban el corte de calles y la asistencia a vecinos de inmuebles anegados. Por si fuera poco, el alcantarillado no daba abasto para absorber tanta agua en algunas zonas de la ciudad.Al tanto de la situación estaba desde Zamora la delegada delGobierno en Castilla y León, Virginia Barcones. En declaraciones recogidas por Ical, afirmó que el Ejecutivo permanece «en contacto tanto con la alcaldesa como con la presidenta de la CHE», amén de precisar que se mantuvieron «activados los protocolos» para seguir de «forma muy directa», tanto ella como el subdelegado en Burgos, «cómo se vaya desarrollando a lo largo del día».La crecida del Ebro también afectó de pleno a Orbaneja del Castillo. La espectacular tromba de agua provocó el desbordamiento de la cascada y el inevitable corte de la BU-643 en dirección a Escalada. No solo por el aguacero, sino también por el desprendimiento de una parte de la ladera en el tramo que comunica ambas localidades. Entretanto, la Dirección General de Tráfico (DGT) restringía la circulación u obligaba a transitar con precaución en más de una decena de vías del norte.Trágico accidenteLa jornada de ayer se saldó además con un accidente mortal en la BU-530 a la altura del Valle de Tobalina. La salida de vía de un vehículo pasadas las 5 y media de la tarde dejó a sus dos ocupantes heridos, uno de ellos atrapado en el interior del turismo. Por desgracia, los facultativos del Sacyl confirmaban el fallecimiento de una persona mientras su acompañante era trasladado en UVI móvil al hospital Santiago Apóstol de Miranda.

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