Sasamón y el Cura Merino vuelven al presente en forma de libros

La Diputación Provincial fue ayer el escenario de la presentación de varias publicaciones con las que sus autores recuperan capítulos y contenidos de la historia de la provincia para acercarla así a todos los públicos. Retazos de un ayer en Sasamón: anécdotas y semblanzas (de Jesús Salazar); y El cura Merino. El vendaval de Castilla (de Jose Antonio Gallego), fueron así presentados ‘en sociedad’ ayer por sus propios autores quienes confesaron haber realizado para dar forma a ambas publicaciones, un compendio del exhaustivo trabajo narrativo y de revisión histórica llevada a cabo en sus respectivos procesos creativos.Gallego confesó así cómo su obra nació con la intención de recordar a todos la importante de este conocido personaje, «y de ver la luz en este año 2019 en que se cumplen 250 años de su nacimiento en 1769 Villoviado y 175 años de su muerte en el 1844 en la francesa localidad de Alençon, ambas conmemoraciones que como temíamos están pasando desapercibidas», lamentaba el autor.De ahí que la publicación de este libro centrado en la figura de Jerónimo Merino y Cob -religioso pero también guerrillero y héroe de la Guerra de la Independencia contra los franceses- fuera definido por el concejal del Ayuntamiento de Arauzo de Miel y secretario del Foro para la Historia militar de España -entidad editora del libro-, Alfonso Benito, como «un libro de historia con mayúsculas que acerca al público a un burgalés de pro como fue este luchador, a la par que rompe mitos y rescata hechos para muchos desconocidos, a pesar de tener lugar en nuestros propios pueblos», comentaba, recordando que la componen casi mil páginas divididas en dos tomos, de los que se han editado 400 ejemplares a un precio de 30 euros.A la presentación de Gallego le precedió la protagonizada por el escritor Jesús Salazar, a quien introdujo su hijo recordando cómo la obra «nace del deseo de mi padre de devolver a Sasamón parte de las vivencias y recuerdos que éste le brindó durante su vida».Tras recordar cómo con 9 años el autor abandona el pueblo para irse a estudiar a Burgos, y posteriormente a Valladolid donde se licencia en Derecho, Madrid y Logroño, «la obra nace ya jubilado del deseo de conservar en sus páginas personajes y maneras de vivir que hoy se nos hacen lejanos».Salazar recordó cómo su mayor relación con su pueblo natal fue durante las décadas de mitad del pasado siglo, «de las que he querido relatar oficios y labores del devenir de la vida rural del pueblo, a lo que añado unas 40 fotografías en su mayoría de mi propio archivo personal. Así como el contraste entre usos, costumbres y formas de vivir entre aquellas épocas, «con el deseo de homenajear a mi pueblo y mis gentes».Confesó así cómo entre las poco 160 páginas de su publicación, recrea la primera vez que de niño vio un oso traído a la localidad de la mano del domador zíngaro de un circo, «a quien años después creí reconocer años después durante mi estancia en Logroño». O la exposición de imaginería diocesana de los años 50 a la que se quiso llevar «la muy querida en la villa figura del Árcángel San Gabriel, y cuyo traslado desde Sasamón impidieron los vecinos», ya vigilantes tras frecuentes expolios de los que ha sido víctima a lo largo de su historia, la cual hunde sus raíces en la época romana.