El Correo de Burgos

RIBERA

El escaso margen temporal reduce las opciones de los futuros policías

Los opositores apenas disponen de tres meses para prepararse

Dos agentes de la Policía Local de Aranda durante una intervención.-L.V.

Dos agentes de la Policía Local de Aranda durante una intervención.-L.V.

Burgos

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La urgencia con la que se ha convocado la oferta pública de empleo para cubrir las 22 plazas vacantes de la Policía Local de Aranda de Duero podría obtener un efecto no deseado al no cubrir todos los puestos disponibles. Así lo advierte el director de la academia formativa que ha abierto en la capital ribereña, consciente de que el escaso margen temporal de una oposición cuyos exámenes están programados para junio -apenas dos meses después de que salieran publicadas las bases, el 28 de marzo-, reduce mucho las posibilidades de lograr el ansiado aprobado. «Creemos que será difícil porque es muy poquito tiempo», explica a este periódico el responsable de la academia ribereña Nueva Castilla, Javier Pérez Espinosa, convencido de que pese a esta complejidad añadida, los estudiantes no están perdiendo el tiempo. «Los que no aprueben ahora estarán más preparados para la siguiente convocatoria», asegura a sabiendas de que habrá más oportunidades porque no se cubrirán todas las plazas en este concurso.En el caso de que ese escenario no llegara y el Ayuntamiento de Aranda no convocase nuevos concursos, los alumnos podrán optar a las «cientos de plazas» que hay libres en Castilla y León. «En Burgos hay 33, pero en Palencia rondan las 40, en Valladolid las 50 y en Ponferrada superan las 20», precisa.CercaníaEn su opinión, es importante que Aranda forme alumnos que vivan en la ciudad y que quieran desarrollar su trayectoria vital «aquí», porque si no se corre el riesgo de que luego se vayan buscando una mayor cercanía con su familia y amigos. Basta observar lo que ha pasado en los últimos 24 años. De los 28 agentes que entraron quedan 11. Lo mismo ha ocurrido con los últimos ocho, quedan cuatro. Pero, ¿qué pasa con los cuatro agentes que aprobaron en el último concurso público de Aranda y que actualmente se forman en la academia de Ávila? La respuesta preocupa. «Según tenemos entendido, los cuatro se han presentado también a otras convocatorias», advierte al recordar que la formación de los que aprueban corre a cargo de las arcas municipales de cada municipio. «Si luego se van es un dinero perdido y sobre todo un tiempo perdido», asevera.Ubicada en la plaza Claret, la academia facilita a los alumnos el temario general (80%) y el específico de la ciudad (20%). «Una oposición siempre es difícil y si quieren sacarla tendrán que estudiar diez horas al día como mínimo», apremia.La academia cuenta en estos momentos con 12 alumnos de los cuales la mitad son mujeres y «muchos son de fuera», puntualiza. En cuanto a la edad, la mayoría es gente joven, de entre 18 y 30 años. «En Burgos, la media de los 60 alumnos que tenemos es más alta», subraya consciente de que en este tipo de convocatorias «no hay límite de edad».Las clases presenciales se dividen en dos jornadas de cuatro horas cada una. «Es verdad que una oposición requiere de mucha dedicación pero luego tendrán un buen trabajo y para toda la vida», anima.PrecariedadLa precariedad de la plantilla arandina de la Policía Local viene de lejos con unas circunstancias laborales que, según el delegado sindical, Jorge Álvarez, «no invitan a quedarse». La puntilla llegó en forma de decreto cuando, el pasado mes de diciembre, el Gobierno de la nación adelantaba en cinco años la edad de la jubilación de los agentes, una medida que también afecta a los que llevan 37 años y medio trabajados.Por el momento, el servicio funciona bajo mínimos gracias a un acuerdo que alcanzó la plantilla con el Ayuntamiento de Aranda por el que los turnos de cinco personas pasaban a tres, de lunes a viernes, y a cuatro los fines de semana. Pero el pacto para mantener los servicios podría romperse si el Consistorio continúa retrasando el pago de las horas extras. «Por ahora no hemos visto un duro», denuncia delegado sindical preocupado porque todo depende de unos presupuestos que no se han aprobado.Mientras la recompensa llega, el día a día de estos 16 agentes que patrullan las calles -de los 35 que debería haber y los 52 que se recomienda por ratio poblacional- se ha complicado -como era de esperar- en Semana Santa. «Ha sido ‘kafkiano’», lamenta el delegado sindical a sabiendas de que la falta de personal ha obligado a doblar turnos con apenas ocho horas de descanso. No obstante, reconoce que «gracias a Protección Civil hemos podido cubrir las procesiones».

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