El Correo de Burgos

LECCIONES DE VIDA

Síndrome de Down, ejemplo de empeño por la igualdad social

Con 34 años de labor tras de sí, su objetivo es celebrar los 15 de su gala con igual número de sus asociados trabajando en empresas y entidades burgalesas

Los usuarios del centro Estela (Mayoral a la izq de la imagen) recibieron en 2013 una visita muy especial, la del exseleccionador Vicente del Bosque (centro).-ECB

Los usuarios del centro Estela (Mayoral a la izq de la imagen) recibieron en 2013 una visita muy especial, la del exseleccionador Vicente del Bosque (centro).-ECB

Publicado por
M. M.
Burgos

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Tras la asociación Síndrome Down Burgos no sólo hay un grupo de gente empeñado en hacer de las personas con este síndrome uno más de los miles que se pasean, trabajan o disfrutan de la ciudad y por extensión de la sociedad actual que configuramos millones de personas. Hay ya 34 años de trabajo iniciado en el año 1985 «en el que seis familias se juntaron en torno a un café para buscar soluciones a los problemas de sus hijos».Con estas palabras rememora el gerente de esta entidad burgalesa, Luis Mayoral, los primeros pasos de una agrupación que tras sus inicios modestos, hoy hace partícipe de sus muchas iniciativas a cientos de personas, asociaciones y empresas privadas así como a instituciones públicas, que la convierten en una referencia en España al hablar de sus prestaciones y de la forma de tratar a las personas.«La idea básica de su creación fue, y es, como la de cualquier organización de padres, buscar las vías para solucionar las necesidades que van surgiendo en el día a día con tus hijos, y con ello crear servicios con los que darles respuesta, ya que los críos de ayer han ido creciendo y con ello cambiando el carácter de dichas necesidades», explica Mayoral.«De ahí que hoy trabajemos para usuarios desde los 0 a los 40 años de edad que tiene hoy el más mayor, abriendo así el espectro de cobertura a labores de atención temprana con los más pequeños, pasando por apoyos a los chavales en el colegio -coordinándonos con los centros educativos a los que ofrecemos ayuda y asesoramiento-, para pasar ya a la labor desde el centro de adultos -de los 21 años en adelante-, donde trabajamos su autonomía personal y formación ante la búsqueda de un empleo.Proyecto que dio lugar en 2009 a la puesta en funcionamiento del Centro Prelaboral Estela. Estela-, convirtiéndose así en el primer Centro de Autonomía Personal del país.Labor formativa que marca uno de los objetivos que se han trazado para este año en que se cumplen 15 años de la gala con la que anualmente agradecen a las empresas y entidades el apoyo que les ofrecen empleando a usuarios de la agrupación -con una gran festival cada mes de noviembre. «Que este año junto con el evento festejemos también poder tener a 15 trabajadores de la entidad contratados», avanza.Y es que como remarca, dentro de la labor de estas décadas está «la de haber logrado dar forma a una red de contactos ya más o menos consolidada, en la que se coordinan las peticiones y puestos que se ofertan desde las empresas colaboradoras, con la opinión de las familias, «ya que se trata de una decisión que no sólo toman las empresas, nosotros o el futuro trabajador, sino que de forma coordinada se analiza cada caso». «Porque -añade- no es tan fácil como sólo formar, o que alguien quiera trabajar o contratar, sino que intervienen muchos factores en este proceso en el que deben coordinarse todos los pasos».El perfil profesional que se ofrece desde la entidad, recuerda Mayoral, está vinculado a labores de reparto de correo, estafeta o en restauración, principalmente en puestos de auxiliares de diferentes puestos, con puestos en su mayoría fijos a media jornada porque suelen comer en el centro la mayoría de ellos, para luego en las tardes continuar con la formación.Y es que, como remarca, en el centro de mayores no sólo hay formación de cara a la inmersión de sus usuarios en la red laboral, sino también labores de apoyo pues durante los primeros meses el futuro trabajador cuenta con una persona que la acompaña hasta que logra realizar correctamente la tarea correspondiente al puesto que va a ocupar, además de un seguimiento continuado durante todo el tiempo que dure el contrato», explica el gerente de la entidad.Mayoral remarca que a lo largo de los años, a las empresas privadas -que forman parte de lo que denominamos ‘club de empresarios’-, se han ido sumando las instituciones públicas, colegios, asociaciones y particulares, provenientes todos ellos de todos los sectores empresariales de todo tipo de volumen.«Entidades de todo tipo que colaboran en forma de compromiso económico con aportaciones o en forma de contrataciones de nuestros trabajadores», y a quienes agradece su implicación en este proyecto iniciado hace ya 34 años, «pues hoy en día están todas presentes en mayor o menor grado».Sin embargo también recuerda que en el caso concreto de la Administración -de todo color y ámbito territorial-, «hay que recordarle con cierta frecuencia sus obligaciones, ejemplarizante porque ellos deben dar ejemplo de que se creen lo que cuentan y deben dar pasos.Recuerda por ejemplo, cómo años atrás, al forma parte de la directiva del Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), «estuvimos negociando pautas con el fin de crear una ley para el acceso a la función pública que recogiera por ejemplo, un temario ajustado al puesto de trabajo y a las características de las personas que van a optar, sabiendo además que existe una gran diversidad de discapacidades físicas o psíquicas, algo que se ha debatido porque es obvio y evidente pero que aún les cuesta», argumenta el gerente.De ahí que no desista, y desde la entidad se compagine a la perfección el agradecimiento con las llamadas de atención, siendo este equilibrio el que hace de Síndrome de Down Burgos la entidad de referencia que es dentro y fuera de la provincia y la región. Mayoral recuerda que aquellas seis familias son en la actualidad 72 socios los que trabajan tras una entidad que atienden a 105 personas.

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