El Correo de Burgos

RIBERA

Ribera del Duero pone el ojo inversor en Galicia

La mayoría de las bodegas que ya se han acercado a tierras gallegas, busca diferenciarse con un blanco de calidad longevo

Imagen del viñedo de Viña Mein.-ECB

Imagen del viñedo de Viña Mein.-ECB

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ / Aranda
Burgos

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Si Ribera del Duero se ha posicionado como una de las denominaciones de origen (DO) que mayor interés despierta entre los inversores (sobre todo entre los grandes grupos), el movimiento es recíproco. Sobre todo si miramos al Norte. siendo Galicia la que en los últimos años se ha posicionado como zonas vinícolas a tener en cuenta.Es el caso de Pago de los Capellanes ,que tras elaborar desde 2014 en una instalación de la zona, dio el paso en 2016 con la creación de la bodega O Luar do Sil (Resplandor de la Luna), en el pueblo ourensano de Seadur. ¿Su objetivo? elaborar un godello de calidad.«O Luar do Sil significa para nosotros tanto un desafío como una oportunidad, la de ensalzar la unicidad y el carácter de la variedad godello -escaso y delicado- pero con potencial para elaborar grandes vinos blancos», expresa ilusionada la familia Rodero Villa, formada por Paco Rodero, Conchita Villa y su hija, Estefanía Rodero Villa, cuya idea «es hacer un blanco diferente, de uva noble y con capacidad de guarda», explican a este periódico.Pero no es la única bodega de Ribera del Duero que ha decidido expandirse por tierras gallegas. Pago de Carraovejas ha desembarcado este verano en O Ribeiro (Leiro) en el corazón de la denominación más antigua de Galicia. Allí ha comprado Viña Mein y el legendario Emilio Rojo, uno de los blancos favoritos -cuentan-, del empresario textil, Amancio Ortega. «Con esta adquisición, Alma Carraovejas refuerza su filosofía de apostar por proyectos singulares con el compromiso de construir un legado único», explica el director Pedro Ruiz Aragoneses.EsenciaEl propósito del equipo liderado por Ruiz es simplificar la gama de vinos de Viña Meín, «recogiendo la esencia y peculiaridades de su finca y mantener la marca Emilio Rojo como vino de parcela». Para ello, tanto el personal de Meín como el propio Emilio Rojo seguirán ligados al proyecto. «El conocimiento aportado por Alma Carraovejas buscará potenciar tanto este terroir único en España como la propia zona, patrimonio histórico de la vitivinicultura de nuestro país».Para la elaboración de los vinos, igualmente, se respetarán los parajes singulares de ambas bodegas haciendo especial hincapié en la personalidad y autenticidad de cada viña. Las 18 hectáreas de Meín se sitúan en el Valle del Avia (San Clodio y Gomáriz) y albergan varietales como Treixadura, Godello, Lado, Loureira, Torrontés y Albariño mientras que Rojo destaca por la singularidad de las apenas dos hectáreas del viñedo del Colleiteiro (un concepto se refiere a una tipología de bodega gallega que actualmente solo existe en la DO Ribeiro, que se caracteriza por elaborar hasta un máximo de 60.000 litros de vino al año, únicamente con uva de cosecha propio).También Carlos Moro ha querido poner el acento gallego a su proyecto. Lo ha hecho al adquirir una bodega situada en el municipio de Castrelo de Miño (Ourense) a orillas del río Miño. Matarromera crece así con Casar de Vide, un nombre con el que rinde homenaje a los hogares tradicionales gallegos y su tradición en el cultivo de la vid.La bodega se asienta sobre una superficie de 2.200 metros cuadrados y fue construida en 1988 con piedra granítica de cantería junto a la vivienda histórica fundada en 1957. Dispone de nave de recepción de uva y procesado, nave de fermentación y almacenamiento, sala de embotellado y filtrado, zona de almacenamiento y sala para visitas y catas.HorizontesPara Carlos Moro, presidente de la compañía, «este proyecto responde a nuestro deseo de buscar nuevos horizontes para elaborar vinos singulares de las comarcas vitivinícolas más diferenciales de nuestro país», señala al recordar que la relación de Matarromera con la DO Ribeiro se inició hace dos años fruto de la colaboración con viticultores de la zona para elaborar ‘Finca San Cibrao’, uno de los vinos de la Selección Personal Carlos Moro.El grupo fundado y presidido por Carlos Moro suma ya diez bodegas en seis Denominaciones de Origen: Ribera del Duero (Bodegas Matarromera, Emina Ribera y Renacimiento), Rioja (Bodega Carlos Moro), Rueda (Bodega Emina Rueda), Cigales (Bodega Valdelosfrailes), Toro (Bodega Cyan) y Ribeiro (Casar de Vide). En total cuenta con 700 hectáreas de viñedo propio.

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