Localizan el cadáver de un hombre de 37 años en un domicilio de Pinilla de los Barruecos

Llevaba tiempo sin dar señales de vida y uno de sus familiares denunció su desaparición desde Ibiza a principios de octubre. Lo que nadie sabía es que S.R.G., de 37 años, llevaba alrededor de «20 días» muerto en el interior de un domicilio ubicado en Pinilla de los Barruecos. Su cuerpo, en «alto estado de descomposición», fue localizado a las 20:15 horas de la tarde del jueves.La persona que encontró el cadáver de S.R.G. avisó inmediatamente al Servicio de Emergencias del 112, que dio cuenta del suceso a la Guardia Civil. Hasta allí se desplazó una patrulla que verificó el fallecimiento del hombre. A continuación, se desplazó un forense para proceder al levantamiento.

Todavía es pronto para determinar las causas de la muerte. A la espera de que se realice la autopsia, la Guardia Civil trata de esclarecer qué hacía el hombre en la localidad. Según parece, el domicilio en el que se encontraba pertenece a su familia, aunque a priori nadie imaginaba que se hubiese afincado allí temporalmente.Una vez interpuesta la denuncia, la Policía Nacional trató de localizarle sin éxito. Fuentes de la Benemérita confirmaban ayer a este periódico que S.R.G. tenía dos domicilios a su nombre y que estaba vinculado con Madrid y Barcelona. En cuanto a la denuncia por su desaparición, se sabe que se interpuso a raíz de que un pariente suyo comenzase a temerse lo peor después de intentar contactar con él sin obtener respuesta en reiteradas ocasiones.El de S.R.G. ha sido el segundo caso de desaparición en la provincia en menos de un mes. El pasado 22 de octubre, Ernesto Cué (58 años), vecino de Villarcayo, no se presentó en su domicilio a la hora de comer. Ante la imposibilidad de localizarle, sus familiares denunciaron su ausencia y se organizó un amplio dispositivo coordinado por la Guardia Civil en colaboración con Protección Civil, Cruz Roja y un grupo de voluntarios que se sumaron a la búsqueda. Afortunadamente, todo quedó en un susto. Dos testigos confirmaron que le habían visto subirse a un autobús con destino a Bilbao y al día siguiente Cué contactó con su familia avisando de que tenía previsto volver a casa.