El Correo de Burgos

El Seprona rescata a otros cinco perros del criadero de Melgar

Proanbur asegura que la vida de uno de ellos «corre peligro» e informa del fallecimiento de una cachorra adquirida por internet tras cinco días ingresada

Publicado por
D.SANTAMARIA
Burgos

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Inspecciones, visitas periódicas, incautaciones y víctimas mortales. Lo que sucede en el «criadero de los horrores» de Melgar de Fernamental es el «cuento de nunca acabar». Al menos para la Asociación de Protección Animal de Burgos (Proanbur), que el pasado martes se hizo cargo de otros cinco cachorros después de que el Seprona considerase que su vida corría peligro. Entretanto, el propietario de las instalaciones (D.O.U.) y su pareja (Z.M.S) continúan vendiendo ejemplares a través de internet «con distintos números de teléfono y poniendo otras poblaciones» para despistar a los posibles compradores.Tras la última visita del Seprona, Proanbur se hizo cargo de los cinco cachorros rescatados. Según detalla la vicepresidenta de la entidad, Judith Sánchez, una dálmata bautizada como Perla se encuentra en estado «muy grave» y su «vida corre peligro». Por ahora, el veterinario que se encarga de sus cuidados trata de hacer todo lo posible para que sobreviva, aunque ya ha confirmado que tiene «anemia» y un severo «daño hepático», hasta el punto de «defecar arena». Además, se está intentando dilucidar si se ha contagiado de parvo. Al tratarse de una cachorra, «no se descarta eutanasiarla» sin finalmente se confirma que padece esta enfermedad.Los gastos que conlleva la asistencia veterinaria y la acogida de los animales corren a cargo de Proanbur, que ya tiene una factura «reclamada judicialmente» a D.O.U. para que asuma este desembolso. El problema, puntualiza Sánchez, es que «se declara insolvente» cada vez que tiene que hacer frente a sanciones económicas. Si este hecho se repite, la protectora está decidida a exigir el abono de dichas cantidades a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento melgarense como «responsables subsidiarios».Durante la inspección, se comprobó que se ha realizado «alguna reforma» aunque en términos generales sigue «todo exactamente igual». Es decir, con los animales en «condiciones deplorables» y una aparente permisividad por parte de la Administración regional, que insiste ante Sánchez que se revisa el lugar «todas las semanas» para comprobar el cumplimiento de la normativa en materia de bienestar animal. «¿Cómo es posible que lleguemos a estos extremos?», se pregunta la vicepresidenta de Proanbur mientras precisa que la jueza que investiga el caso está reclamando «toda la documentación sobre los permisos».Aparte de criticar que la Junta y el Ayuntamiento de Melgar «no hacen absolutamente nada» al respecto, Sánchez espera que la justicia ordene cuanto antes el cierre definitivo de la perrera. De momento, la asociación aguarda con inquietud la sentencia del juicio contra D.O.U. por un presunto delito de «maltrato animal» e «intrusismo profesional». En paralelo, una denuncia por «estafa» contra la pareja y un veterinario salmantino interpuesta por un particular de Navarra que adquirió una cachorra de raza boxer «desnutrida», con «garrapatas» y en estado de «extrema delgadez», y otra de Proanbur en la que la jueza ya ha abierto diligencias para exigir una inspección en profundidad «a la mayor brevedad posible» con el objetivo de identificar todos los ejemplares «uno a uno».Entretanto, otro animal criado en estas instalaciones falleció recientemente. Se llamaba Gala y apenas tenía dos meses. Sus dueños pagaron por ella 300 euros y llegó a su nuevo hogar con «diarrea y vómitos». Inmediatamente, decidieron ingresarla en una clínica veterinaria y descubrieron que «tenía parvo». A los cinco días, la cachorra murió y los compradores informaron de lo sucedido a Proanbur tras hacerse eco de sus denuncias públicas sobre una perrera que, según le hicieron saber a Sánchez, «les dio mala impresión» desde el principio. A raíz de lo sucedido, contactaron con la pareja para pedir explicaciones, pero ni D.O.U. ni Z.M.S. «mostraron el más mínimo interés» por su muerte. Tan solo se limitaron, tal y como detalla la vicepresidenta de la asociación, a ofrecer «otro perro» y solicitar el «informe veterinario».

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