El Correo de Burgos

TROTABURGOS / HORTIGÜELA

A orillas del Arlanza

El origen del pueblo está ligado al Monasterio de San Pedro de Arlanza, fundado por el padre del conde Fernán González / En el verano de 1966 tuvo lugar el rodaje de algunas escenas de ‘El bueno, el feo y el malo’ en las inmediaciones del pueblo

Imagen del monasterio de San Pedro de Arlanza, uno  delos primeros cenobios fundados en Castilla. I. L.

Imagen del monasterio de San Pedro de Arlanza, uno delos primeros cenobios fundados en Castilla. I. L.

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RUTH DE LA FUENTE HERRERO / BURGOS
Burgos

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Este pueblo situado en el corazón del valle del Arlanza se halla en una zona en la que abundan las cuevas y los manantiales, lo que le da un encanto natural especial. Muy próximo al pueblo de Covarrubias, estas dos localidades forman un interesante dueto cultural e histórico.

El origen del nombre de Hortigüela es un tanto ambiguo. Se cree que podría proceder o bien de las huertas que rodean el pueblo, o de las ortigas que crecen en algunos lugares. En cualquier caso, lo cierto es que el poblamiento de esta zona se remonta a épocas prehistóricas, como lo demuestran valiosos restos arqueológicos encontrados en cuevas de alrededor. No obstante, el nacimiento propiamente dicho del pueblo se sitúa en los inicios de Castilla con su primer Conde independiente, Fernán González, y el Monasterio de San Pedro de Arlanza.

Este emblemático edificio fue fundado en el siglo X por Gonzalo Fernández, padre de Fernán González  y está considerado como la cuna de Castilla y uno de los monasterios más impresionantes de la Castilla condal. El conde y su esposa Sancha fueron enterrados allí y en este lugar permanecieron sus restos hasta la desamortización eclesiástica de Mendizábal en el siglo XIX,  cuando se trasladaron a la Colegiata de Covarrubias.

Así, los monjes se vieron abocados a abandonar el monasterio, que a partir de este momento quedaría desamparado y expuesto a continuos saqueos y destrozos. Finalmente, un terrible incendio producido en 1894 acabó con su potente esplendor, reduciéndolo a las ruinas que hoy en día se pueden contemplar y visitar.

La iglesia, que comenzó a construirse en el siglo XI, contaba en un principio con tres naves y tres ábsides a la cabecera. Entre los restos de este magnífico templo destacan los tres ábsides semicirculares, con amplios presbiterios. También se conserva la torre, levantada a finales del siglo XII, así como parte del claustro y la sala capitular. 

 Desde la época de la desamortización, este conjunto se vio sometido a un continuo expolio que ha acabado por privarle de sus mejores elementos. La portada del monasterio, por ejemplo, fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional en 1895. El edificio fue despojado también de un sepulcro románico de gran belleza y de varios preciados frescos que hoy se exhiben en el Museo Metropolitano de Nueva York y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. 

A la hora de tratar los lugares de interés más relevantes de este pueblo de poco más de una centena de habitantes, uno no puede olvidar su iglesia parroquial. Dedicado a la Asunción de la Virgen, este edificio gótico presenta una sola nave de dos tramos y un ábside cuadrangular con una bóveda de crucería. El templo cuenta con tan solo una nave lateral a modo de crucero, de ahí que se haya ganado el sobrenombre de ‘la manca’. Su torre data del siglo XVI y tiene adosada por el exterior una escalera de  caracol de gran belleza que permite el acceso al campanario.

El templo cuenta también con  una pila bautismal de los siglos XII-XII. A modo de curiosidad, cabe destacar que la iglesia tuvo 4 campanas, dos de ellas habían sido traídas del Monasterio San Pedro de Arlanza  y tuvieron que venderse para sufragar gastos a pesar de tener un gran valor histórico. Las otras dos, del siglo XVIII, se conservan en perfecto estado. 

Por otra parte y a solo un paso de San Pedro de Arlanza, se esconde el hermoso paraje de Fuente Azul o Fuente de las Mozas. El alias de este magnífico manantial proviene de una leyenda acerca del conde Fernán González. Al parecer, durante la invasión árabe, los cristianos debían entregar en este lugar 100 doncellas a los sarracenos en concepto de pago de tributos.

El conde, harto ya de esto, disfrazó a sus mejores guerreros de mujeres para fingir una nueva entrega, que terminó con la derrota a los árabes. Este bonito enclave natural ofrece además a los visitantes la posibilidad de practicar diversas actividades al aire libre como natación, salto con trampolín, escalada amateur e incluso espeleología.

Para finalizar, los grandes amantes del cine sabrán que desde el verano de 1966, la comarca de la Sierra de la Demanda, en la que se localiza la villa de Hortigüela, pasó a formar parte de la historia del séptimo arte. Y es que a mitad de camino entre Hortigüela y Covarrubias fue donde Sergio Leone decidió rodar El bueno, el feo y el malo.

Los paisajes de sabinares agrestes y calizos de la Peña de Carazo y el Valle de Arlanza cautivaron al director italiano y a su equipo y se convirtieron en escenarios naturales de la que ha sido categorizada en multitud de ocasiones como una de las mejores películas jamás realizadas.

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