El Correo de Burgos

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Villasandino: el hogar del hermano Rafael

La localidad burgalesa fue declarada Bien de Interés Cultural con Categoría de Conjunto Histórico el pasado año 2021

La iglesia de la Natividad de Barriuso es un magnífico ejemplo del gótico rural de la provincia de Burgos. ECB.

La iglesia de la Natividad de Barriuso es un magnífico ejemplo del gótico rural de la provincia de Burgos. ECB.

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RUTH DE LA FUENTE
Burgos

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Este pequeño pueblo burgalés situado a orillas del río Odra fue fundado en el siglo IX por el capitán milanés Dorotti Sendino. La villa podría deber el nombre a su fundador o a los siete caminos que lo unían con siete poblados de alrededor. Si bien es cierto que la fundación del pueblo data de época medieval, los diferentes restos hallados hacen creer que en el siglo II existió un poblamiento romano en este mismo lugar. Además, la idea toma fuerza al tener en cuenta el paso de la Vía Aquitania, una de las más importantes del Imperio Romano, por este territorio.

En el siglo XIII, la villa fue donada por parte de Fernando III al Obispo Mauricio, quien se convirtió en su gran impulsor y mandó construir el puente para su comunicación. De este modo, el pueblo estaba rodeado por una muralla, y sólo se podía acceder a él mediante citado puente.

La villa fue creciendo en importancia a lo largo de la Edad Media, algo en lo que la cercanía del Camino de Santiago tuvo bastante que ver. Así, Villasandino se convirtió en una de las behetrías castellanas de la merindad de Castrojeriz,  con el fin de convertir en villas las tierras solariegas e intentar superar  la crisis ocasionada unos años antes por la peste negra. En 1616 el señorío pasó a ser posesión de los duques de Lerma.

El núcleo urbano de Villasandino queda dividido en dos barrios, cada uno con una espléndida iglesia parroquial, claro reflejo de la importancia de la villa. El barrio norte se encuentra presidido por la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo herreriano. Además, conserva restos de su antigua muralla y, enfrentada al puente medieval, la puerta que da acceso a la villa. El barrio sur, por otra parte, sigue el eje de la calle del Carmen, que da acceso a la iglesia de la Natividad de Barriuso, magnífico ejemplo del gótico rural de la provincia de Burgos.

Ha sido Villasandino cuna de importantes personajes como el poeta medieval Alfonso Álvarez de Villasandino, cuyos versos se conservan en el Cancionero de Baena. No obstante, si le preguntas a un villasandinese acerca de su vecino más ilustre, sin duda el nombre que obtendrás será el de «San Rafael Arnáiz». 

Este monje trapense, considerado uno de los grandes místicos del siglo XX, pasó varios periodos de su vida en Villasandino, al que consideraba un remanso de paz para recuperarse de su mala salud. El religioso, tremendamente querido por sus vecinos, murió con tan solo 27 años y el pueblo erigió en su honor una estatua en la entrada, junto a la casa que perteneció a su familia.

Las fiestas de Villasandino son el gran acontecimiento del año en el pueblo, especialmente las celebradas cada 16 de julio en honor a la veneradísima Virgen del Carmen, patrona de la villa, a la que el pueblo entero acompaña en procesión en uno de los actos más emotivos de las fiestas. En estas tampoco falta la diversión para los jóvenes y los más pequeños con verbenas, carrozas, concursos, hinchables e infinidad de actividades.

Así, el pequeño pueblo burgalés de Villasandino acoge al visitante como un lugareño más y comparte con él su alegría, su cultura, su magnífico patrimonio y su historia.

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