El Correo de Burgos

El yacimiento burgalés de Revenga: una incógnita altomedieval de 1.500 años

Con las excavaciones a pleno rendimiento, se trata de un año clave para confirmar los planteamientos que se llevan barajando durante todos estos años sobre el alcance de la ocupación humana en el Comunero de Revenga

Las excavaciones se realizan junto a la necrópolis de Revenga a unos cientos de metros de la ermita y la Casa de la Madera por investigadores de la Universidad de Barcelona.  FOTOS:  © ECB / R. FERNÁNDEZ

Las excavaciones se realizan junto a la necrópolis de Revenga a unos cientos de metros de la ermita y la Casa de la Madera por investigadores de la Universidad de Barcelona. FOTOS: © ECB / R. FERNÁNDEZ

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RAQUEL FERNÁNDEZ / REVENGA
Burgos

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Un trabajo minucioso, a la par que fascinante, se realiza estos días en Revenga, entre los pueblos de Quintanar, Regumiel y Canicosa de la Sierra. Allí, se está desarrollando una nueva campaña de excavaciones arqueológicas, de la mano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, que aportará una nueva página a la historia de este yacimiento altomedieval que se ha convertido en una toda una referencia científica a nivel internacional.

Concretamente es un equipo de ocho estudiantes, dirigidos por las profesoras y responsables técnicas Karen Álvaro y Esther Travé, el que hasta el miércoles trabajará sobre el terreno para intentar dar respuestas a cuestiones tan complejas como saber cómo vivían sus pobladores, con qué tipo de industria contaban o cuáles eran sus principales rasgos culturales. Por el momento, el trabajo de estos días ya han sacado a la luz algunas pequeñas piezas de utensilios como ollas de barro y se están viendo además las bases de algunas viviendas. 

Se está trabajando en una zona de unos 100 metros cuadrados que ya se había abierto en años anteriores, pero que se ha decidido agotar en su totalidad para confirmar los planteamientos que se llevan haciendo durante todos estos años. «Lo que estamos confirmando este año es que la impresión general que tenemos no está cambiando significativamente, por lo tanto ya podemos hacer otras preguntas y abordar otros temas. Es positivo que no nos estemos llevando ninguna sorpresa que nos haría cambiar la interpretación y nos obligaría a volver atrás y replantear lo todo», explican Álvaro y Travé.

Y esos planteamientos son los que durante estos años, -desde 2014 se llevan realizando investigaciones-, se han ido confirmando poco a poco. «Este es un espacio poblado, que tiene como mínimo dos fases diferenciadas y que esas fases se van repitiendo en todos los espacios que hemos estudiado hasta ahora. Por una parte, siempre hemos conocido la necrópolis y un doblamiento anexado a ella del siglo IX-X, hasta que se abandonó en el siglo XIII. Partimos de esas premisas cuando empezamos a trabajar los primeros años, pero luego nos encontramos con un poblamiento anterior, en torno a un S.IV-V. Hablamos de horquillas amplias, ya que son relativas, no son absolutas». 

«Excepcional»

«Estamos comprobando que se mantienen las casas de planta circular hasta ese momento de cambio, y luego ya pasamos a casas de planta cuadrada. Una de las grandes incógnitas es teniendo clara esta evolución, cuándo entraría la iglesia que preside la necrópolis. En qué momento este poblado se transforma y entra a funcionar el cristianismo. Eso es lo que tenemos que terminar de perfilar», añaden las directoras de las investigaciones en Revenga.  

«Uno de los grandes valores de este asentamiento es esa continuidad, eso es lo que hace que sea excepcional. Un espacio amplio en superficie, ocupado durante un tiempo muy prolongado. Cuando tienes esa diacronía tan amplia puedes ver la evolución mejor», declaran, apuntando que «es muy difícil estimar si hubo mucha población aquí, pero consideramos que tuvo que haber entre diez y doce familias, considerando el concepto de familia mucho más amplio a lo que viene siendo el de ahora, por supuesto».  

Estos trabajos de investigación vienen marcados por un proyecto financiado por la Diputación de Burgos, la Junta de Castilla y León y los pueblos del Comunero de Revenga (Regumiel, Canicosa y Quintanar) a partir de un convenio de trabajo entre la Universidad de Barcelona. Es exactamente el Grupo de Investigación en Arqueología Medieval y Postmedieval, -GRAMP-UB-, el que lleva a cabo este trabajo que el próximo día 12 tendrá una conferencia final en la ermita de Revenga para exponer todas las conclusiones.

«Consideramos muy importante transmitir a la población lo que estamos investigando y los resultados. Por ello, cada año cerramos las excavaciones con la exposición de los resultados de estos días. Los vecinos son parte de este enclave y tienen que conocer lo que aquí había hace tantos siglos», concluyen. 

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