El Correo de Burgos

Empresarias de pueblo y del siglo XXI

Cuatro mujeres residentes en la provincia cuentan su experiencia al emprender en el mundo rural, en un momento en el que las nuevas tecnologías son clave para la promoción de sus negocios

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de AbajoRicardo Ordóñez / ICAL

Burgos

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Paula Soria, Manuela del Campo, Concepción Castro e Inés Martínez tienen algo en común: todas ellas encontraron una oportunidad de negocio en el medio rural, concretamente en cuatro pueblos situados en la provincia de Burgos, donde residen.

Estas cuatro emprendedoras, con edades comprendidas entre los 24 y los 60 años, tomaron la decisión de poner en marcha sus negocios desde entornos rurales a los que se sentían muy vinculadas y hoy en día, aunque reconocen que han vivido momentos difíciles, se muestran orgullosas de lo logrado y pelean por mantener su sueño.

Joyería desde Briviesca

Natural de Briviesca, Manuela del Campo es la emprendedora con más experiencia, dado que puso en marcha su joyería hace ya 16 años. 

Ubicada en la Avenida Reyes Católicos de Briviesca, Majopi, es el sueño de esta artesana con 25 años de profesión a sus espaldas. “Los inicios fueron buenísimos. Abrí en 2007, cuando comenzaba la crisis, pero se vendía”, recuerda la artesana, que reconoce que le está costando adaptarse a los nuevos métodos de compra y a la venta por internet.

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo.

Manuela del Campo tiene una joyería en Briviesca.Ricardo Ordóñez / ICAL

“Los tiempos cambian y las formas de venta también, pero eso no le resta importancia a la tienda de pueblo, que da vida y genera empleo”, afirma la emprendedora, que destaca la importancia de las redes sociales para acercar a más gente sus productos. Facebook e Instagram sirvieron de plataforma para dar a conocer uno de sus productos estrella del momento, la ‘Pulsera de Briviesca’, que “identifica” a las personas con su pueblo y que está teniendo un gran éxito entre sus clientes e incluso atrayendo a nuevos compradores. 

Manuela del Campo tiene una joyería en Briviesca.

Manuela del Campo tiene una joyería en Briviesca.Ricardo Ordóñez / ICAL

Recientemente, Del Campo ha puesto en marcha unos cursos de cuero, dirigidos a personas que quieran trabajar con las manos y realizar piezas con este material.

Diseño gráfico y web en Huéspeda

El título de emprendedora más joven lo tiene Inés Martínez, de 24 años. Junto a su pareja, Endika Ruiz, puso en marcha Afán Gráfico, un estudio de diseño gráfico y web que dirigen desde Huéspeda, un pueblo burgalés donde las familias de ambos tenían su segunda residencia.

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo.

Inés Martínez y su pareja Endika elaboran páginas Web desde Huéspeda.Ricardo Ordóñez / ICAL

Su proyecto comenzó en 2021 cuando, ambos se trasladaron a Huéspeda debido a las restricciones por la pandemia, y allí decidieron realizar una página web sobre el Valle de las Caderechas, que financiaron gracias a un crowdfunding. “Fue el inicio de lo que hacemos ahora. Nos dimos bastante a conocer entre la gente y negocios de la zona y pensamos que podíamos tener ahí un nicho”, explica la diseñadora gráfica.

“Hacemos principalmente estrategias de diseño gráfico y desarrollo web. No nos gusta decir que hacemos páginas web tal cual, porque hay mucho trasfondo detrás de ello”, explica. Desde que pusieron en marcha Afán Gráfico han recibido bastantes encargos, en su mayoría de pueblos o entornos cercanos a donde viven.

“¿Quién me iba a decir que iba a tener más clientes en el pueblo que en Burgos? La gente se vuelva muchísimo y te apoya un montón. Es algo que jamás hubiésemos imaginado”, afirma la joven, que recuerda que cuando empezó con este proyecto tenía solo 22 años y acababa de salir de la universidad. 

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo.

Inés Martínez y su pareja Endika elaboran páginas Web desde Huéspeda.Ricardo Ordóñez / ICAL

“Tenía nula experiencia, si me da por emprender en Burgos o en otra ciudad, probablemente no me habría comido un colín. En una ciudad hay tanta competencia, pero las personas se han quedado contentas con lo que hemos hecho”, añade.

Rublacedo de Abajo y una casa rural

Otras emprendedoras decidieron dar un giro de 180 grados a su vida al cambiar la ciudad por el pueblo, como el fue el caso de Paula Soria. Natural de Madrid, llevaba 25 años viviendo en Inglaterra, cuando ella y su marido decidieron trasladarse a Rublacedo de Abajo y poner en marcha una casa rural. 

“Bajábamos mucho desde Inglaterra a Madrid y nos dimos cuenta de que en España hacían falta casas rurales más pequeñas, para dos o cuatro personas y que aceptasen mascotas”, explica Soria. Fue esto precisamente lo que decidieron hacer, y mientras culminaban las obras de la casa rural, reformaron un antiguo pajar anexo a la casa, para ver qué tal funcionaba entre los clientes. “La tengo casi todos los días llena, me entra mucho turista extranjero y gente que va al sur de España o Portugal”.

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo.

Paula Soria, regenta una casa rural en Rublacedo de Abajo.Ricardo Ordóñez / ICAL

La emprendedora destaca el éxito que está teniendo el turismo rural, y es algo que puede ver entre sus clientes. “Nos viene mucha gente a desconectar. Viene a buscar paz y tranquilidad y desconectar del ruido”, apunta. Paula Soria recuerda los inicios de este negocio, y afirma que emprender fue “difícil” dado que, aunque su marido la ha ayudado en todo lo que ha podido, él no habla español, por lo que el peso del proyecto recayó en ella. 

“En ocasiones lo he pasado mal, pero es lo que hay en proyectos así, independientemente de que seas hombre o mujer”, afirma. Sin embargo, ella se muestra optimista y está deseando que sus clientes “vivan la experiencia” que ofrece esta zona.

Taberna y albergue de Espinosa del Camino

Concepción ‘Conchi’ Castro también dio un giro a su vida al decidir, en abril de 2022, hacerse cargo de la taberna y el albergue de Espinosa del Camino, un pueblo de 30 vecinos por donde pasa el Camino de Santiago. “Trabajaba en Burgos, en una residencia de ancianos, pero lo dejé y me vine a vivir al pueblo”, recuerda Castro. 

Maria Concepción gestiona un albergue de peregrinos en Espinosa del Camino.

Maria Concepción gestiona un albergue de peregrinos en Espinosa del Camino.Ricardo Ordóñez / ICAL

Aunque requiere muchas horas de trabajo, ella afirma estar “muy contenta”, especialmente por la acogida que ha tenido. “Al principio me costó porque no esperaba que fuese un volumen tan grande de trabajo, pero la gente respondido muy bien”.

La Taberna de Espinosa cuenta con 22 plazas de alojamiento y ofrece desayunos, comidas y cenas, y además cumple la función de taberna del pueblo. Pese al trabajo diario que supone, Conchi afirma que trabajar en el pueblo “tiene encanto” y es “muy familiar”. “Vienen peregrinos de todas partes del mundo, y el resto de clientes son del pueblo o de alrededor”

Maria Concepción gestiona un albergue de peregrinos en Espinosa del Camino.

Maria Concepción gestiona un albergue de peregrinos en Espinosa del Camino.Ricardo Ordóñez / ICAL

Todas ellas forman parte del Punto de Apoyo a la Mujer Emprendedora que pone en marcha Adeco Bureba, dentro de la Estrategia de Emprendimiento de la Mujer Rural, una iniciativa de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León. Según explican desde el grupo de acción local, la provincia burgalesa sí es un entorno donde la gente se decide a emprender, aunque señalan que es un “goteo constante” y depende también del periodo. 

Sectores como el turismo, la hostelería, el comercio, la atención a mayores o el sector agroalimentario son los más demandado para emprender, y apuntan que el rango de edad se sitúa entre los 40 o 50 años.

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