Los apicultores del norte de Burgos prevén una producción de miel de 20 kilos por colmena en 2023
La avispa asiática, bajo control pese a suponer un «problema sanitario», causa menos estragos en las colmenas que la varroa
La apicultura burgalesa espera obtener una producción media de 20 kilos por colmena.
Se avecina un año entre «bueno» y «normal» para la producción de miel en la provincia de Burgos. «Bueno» para la vicepresidenta de la Asociación Provincial de Apicultores Burgaleses (Asapibur), Yolanda Martínez; «normal» para Ángel Nava, veterano apicultor de la comarca de Las Merindades. Eso sí, el panorama pintaba bastante mal a principios de año y coinciden en que el sector ha podido salvar los muebles. Partiendo de esa baste, se espera unos rendimientos medios de 20 kilos por colmena.
Teniendo en cuenta que tan sólo Las Merindades acapara cerca de 20.000 colmenas, podríamos estar hablando de una producción de 400.000 kilos de miel. Una veintena de profesionales repartidos por la zona norte burgalesa mantienen vivo el sector, que según Nava «nunca ha estado tan bien» en ese sentido. De hecho, asegura que hay nuevas incorporaciones «continuamente». Jóvenes que ven una «posibilidad económica» aunque no siempre saben dónde se meten, de ahí que se vean «muchos intentos de entrar y muchos fracasos».
Lo que a ningún apicultor se le escapa es el peligro que encierra el cambio climático. Los tratamientos están cambiado, no queda más remedio, y la alimentación proteínica empieza a imponerse. Además, la subida de las temperaturas pasa factura. Tal y como detalla Martínez, las abejas permanecieron el pasado mes de diciembre a «18 grados» en Espinosa de los Monteros. Por lo tanto, muchas «no aguantan la invernación» y se está registrando un elevado índice de mortandad «en toda España».
Tampoco se pierde de vista a las avispas asiáticas, cuya entrada por el norte peninsular causó estragos hace unos años. «Cada vez se expanden más, pero el clima no es adecuado para ellas», apunta la vicepresidenta de Asapibur mientras advierte que la varroa, en términos de plaga, es «mucho peor» en estos momentos. Eso sí, sabe a ciencia cierta que la vespa velutina está causando un «problema tremendo» en la Cordillera Cantábrica.
Puede que la avispa asiática esté controlada por parte del sector, pero «la realidad se ha impuesto» y, según apostilla Nava, constituye un «problema de orden público y sanitario». Hasta el punto de poner en «peligro de muerte» a las personas, máxime sin son alérgicas a su veneno. Por eso, los apicultores pasaron hace tiempo «el testigo a la Administración» para que tome medidas efectivas.