El Correo de Burgos

Monasterio de Rioseco 

En busca del origen de la misteriosa bóveda de Rioseco

Parte de los trabajos de la semana del voluntariado se centran en la limpieza y desescombro de la una bóveda de origen y uso desconocido que se encuentra en la parte norte fuera de los muros del  Santa María de Rioseco 

Los trabajos se centra este año en la bóveda de origen desconocido.

Los trabajos se centra este año en la bóveda de origen desconocido.ECB

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La semana del voluntariado en el Monasterio de Rioseco, en el valle de Manzanedo, viven este año su decimocuarta edición. Un tiempo de convivencia en el que los participantes ceden su esfuerzo y conocimientos para la recuperación de los rincones de este cenobio.

Este año parte del esfuerzo se está centrando en descubrir más datos sobre una estructura «misteriosa» que apareció hace dos años fuera del recinto vallado del monasterio cisterciense en la parte norte. «Pegando a los hornos. Está totalmente enterrada, tapada por la tierra. Es una bóveda de piedra de toba, pero no se conoce el uso que podría tener. Para guardar alimentos o incluso, un nevero» explica Juan Miguel Gutiérrez Pulgar, presidente de la Fundación Rioseco.

Un nevero es una estructura que se utilizaba para almacenar la nieve del invierno, solía ser un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo. Tenía aberturas que permitían tanto introducir la nieve, como posteriormente extraer el hielo. Su finalidad es conservarlo para poderlo usar posteriormente en épocas más cálidas.

En el caso de Rioseco su aparición fue una sorpresa, por ese motivo la arqueóloga, Silvia Pascual, encargada de supervisar todos los trabajos del monasterio, ha decidido este año intentar profundizar el origen o el uso que pudo tener esta estructura. «Podría ser también un almacén para guardar alimentos, para que estuviera más frescos y protegidos de los animales», apunta Juan Miguel. El uso se determinará cuando se puedan obtener más datos sobre la estructura, pero «No está muy claro. Aunque nosotros nos parece más almacén, porque parece que tiene una repisa, para dejar pan o queso. Una fresquera».

De momento se desconoce el origen de esta estructura.

De momento se desconoce el origen de esta estructura.FUNDACION RIOSECO

En todo caso se encuentra fuera del recinto del monasterio, en la parte trasera «apareció por casualidad, y no sabemos ni por donde se entraba».

NUEVO PARKING 

Un año en el que la Fundación ha dado un paso importante en el acondicionamiento del lugar de cara a las visitas con la creación de una zona destinada al aparcamiento de los vehículos. «Tenemos la finca, la hemos limpiado y así los coches pueden estacionar en esa zona, en lugar de en la carretera. Es importante que tengan un lugar adecuad. Habrá espacio para unos 40 coches»

Ya se dispone del terreno para la construcción de un parking en un futuro.

Ya se dispone del terreno para la construcción de un parking en un futuro.FUNDACION RIOSECO

La Fundación ha adquirido una finca colindante con el recinto para acondicionarla como parking. Está situada detrás del cenobio paralelo a la subida a la localidad de San Martín el Rojo. «En un futuro, según el estudio realizado por los arquitectos, se podrá albergar a dos autobuses y unos cincuenta coches particulares». De momento no se puede acometer esta obra, que está tasada en unos 100.000 euros, ya que la idea es, no solo acondicionar el espacio, sino realizar un acceso peatonal al cenobio para que los visitantes caminen por la carretera.

Un dinero que tendrán que ir recopilando, y para el que han abierto un micromecenazgo para ayudar a cubrir parte de la inversión. Como ya hicieron el pasado año con la puesta en marcha de unos baños públicos «muy necesarios», que supusieron la inversión de 80.000 euros, ya que, además de los estudios arqueológicos, permisos y planes, tuvieron que instalar una pequeña depuradora. Pero «ha merecido la pena porque eran muy necesarios», como el parking.

SEMANA DEL VOLUNTARIADO 

Desde el pasado lunes 22 se desarrolla la decimocuarta semana del voluntariado, que reúne a cerca de 150 personas y finalizará este próximo domingo con la fiesta del voluntariado. Aproximadamente la mitad de los voluntarios  llegan desde las Merindades, también de Burgos, capital, Madrid, Gerona, País Vasco, Cantabria, Valladolid o Santander.

Durante estos días se ha trabajado también en la galería renacentista, tanto en el interior como en el exterior del perímetro de la Torre del Abad. Una labor que se puede acometer gracias a la aportación económica de 270.000 euros de la Junta. «Es una zona que pensábamos que íbamos a perder, porque nos parecía imposible recuperarla, pero gracias a la Junta se ha podido hacer esta consolidación».

Lara y Alejandro, restauradores, recuperan las claves de madera del cenobio.

Lara y Alejandro, restauradores, recuperan las claves de madera del cenobio.FUNDACION RIOSECO

En estos días la convivencia se une con el trabajo. Cada uno hace y aporta la que puede y sabe. Por ejemplo, Lara y Alejandro de Condado de Valdivielso, son restauradores y voluntarios que desde el año 2019 ceden su saber para la recuperación de las claves de madera que aún conservan parte de la policromía. Hace dos años fijaron los colores y este año están haciendo diferentes trabajos de mantenimiento para asegurar la restauración. No son los únicos. Txus un antiguo voluntario que ya no puede aportar su tiempo, llevó la comida para reponer fuerzas. Rosa e Isabel regalaron los 'Huevos Palencia'. El trabajo de Manu, de Villarcayo con el dumper y la hormigonera, está empujando el desescombro que antes se hacía a mano y con carretillas. Inma y Federico de Madrid, ayudan al mantenimiento del jardín renacentista. Son tan solo algunas de las historias que forman parte de esta nueva historia de Rioseco que ha vuelto a la vida.

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