El Consejo Regulador recibe el 'Envero de Honor' por su compromiso con la tierra

LORETO VELÁZQUEZ / Aranda

A pesar del intenso frío de la noche, y de una espectacular nevada, un año más la sociedad ribereña acudió a los salones del restaurante Tudanca para celebrar la entrega de la décimo cuarta edición en los Premios Envero, en una velada en la que el Consejo Regulador de Ribera del Duero fue reconocido con el 'Envero de honor' por su compromiso con el desarrollo de esta tierra de vinos.

Y es que, de eso iba la noche, de vinos y bodegueros, de sueños y aspiraciones y sobre todo de celebración de unos premios que se otorgan en la Ribera del Duero para la Ribera. «Son los premios de la tierra», apuntó el alcalde Luis Briones quien aprovechó su discurso para anunciar que el próximo 14 de diciembre en Madrid se va a certificar la 'Ruta del Vino Ribera del Duero'.  «Vamos a poner en valor todo lo que tenemos», apuntó.

Por su parte, el presidente del Consejo Regulador premiado, José Trillo comenzó su oratoria con un análisis en el que la crisis ya no es «una novedad sino una realidad». «Hay un desajuste brutal entre la oferta y la demanda. En el mundo sobran billones de hectólitros de vino y en esa realidad tenemos que jugar». Sin embargo, su discurso adquirió un tono más positivo al hablar del esfuerzo de superación de Ribera. «La competencia obliga a hacer un trabajo ejemplar». De hecho, añadió, probablemente sea el año en que más vino de Ribera se venda. Así destacó la importancia de la campaña emprendida por el Consejo Regulador en Estados Unidos. «Hemos lanzado un mensaje de calidad y ha calado. Prueba de ello es que según sube el nivel de los restaurantes de Nueva York, sube la presencia de vinos de Ribera. Nos estamos posicionando como referencia de calidad», aseguró.

Pero la noche tuvo otros protagonistas como Santiago Arroyo; una bodega ubicada en Sotillo de la Ribera que ya conquistó al jurado en el 2008 con dos premios y en el 2009 con tres y que ahora vuelve con fuerza acaparando cuatro distinciones (tres platas en las categorías de rosado, crianza y reserva) y un bronce (en Alta Expresión). «Estamos muy satisfechos porque es una muestra más de nuestro compromiso con la calidad», explicaba el nieto de Santiago Arroyo.

También destacó la bodega 'Cillar de Silos', que obtuvo el máximo galardón en la categoría de alta expresión por su vino 'Torre de Silos'. Le acompañaron en este apartado la familia Tudanca, que logró la plata y Santiago Arroyo, con el bronce.

Satisfecho se mostró también Félix Callejo, un viejo conocido de estos premios que durante doce años se hizo un lugar propio en los rosados con su 'Viña Pilar' y que hoy conquista una nueva categoría, la de los reservas. «Estoy muy contento porque siempre es un orgullo que te reconozcan en tu tierra», afirma. Junto a él brillaron la plata de 'Tinto Arroyo' y el bronce de 'Hoyo de la Vega', de bodegas Valle de Monzón, el bronce.

En crianzas, la bodega 'Tamaral' se hizo con el primer premio; bodegas 'Santiago Arroyo', con el segundo y 'López Cristóbal', con el tercero.

El robles, la cooperativa de San Andrés convenció con su vino 'Ródalo 2009' mientras que la cooperativa 'Viña Vilano', que también logró otro galardón en la categoría de jóvenes se hizo con el segundo galardón. Por su parte, la bodega 'Pinna Fidelis' se alzó con el tercer galardón con su vino 'Convento Oreja'.

En vinos jóvenes, el jurado destacó en primer lugar a 'Viña Vilano 2009', en segundo lugar a 'Martín Berdugo' y en tercer lugar a 'Viña Gormaz'.

Por último, en rosados, la frescura de 'Alvides' logró el primer premio seguido por 'Viña Arroyo 2009' y 'Viña Alarife, de bodegas Valhondo.

La otra novedad del certamen llega de la mano de la Cámara de Comercio que organizará a lo largo del año 'la misión inversa', un encuentro en el que durante tres días compradores y agentes internacionales del sector catarán los vinos premiados.

Bajo la premisa de la imparcialidad y el rigor, los 35 expertos que formaron este año el jurado de los premios Envero volvieron a emplear el sistema de catas ciegas en un proceso que contó con la atenta supervisión de un notario. Entre los especialistas catadores se encontraban responsables de asociaciones de enólogos, representantes de la Estación Enológica de Castilla y León, presidentes de las diez asociaciones de sumilleres de la región y periodistas de medios especializados en el mundo del vino.