CONSEJO REGULADOR
El sector bodeguero reitera la petición de dimisión de Trillo
Consideran que el presidente no cuenta con la confianza del Consejo Regulador
L. VELÁZQUEZ / Aranda
Cuando parecía que la tranquilidad había vuelto al seno del Consejo Regulador Ribera del Duero cuando los representantes de las cooperativas respaldaron al presidente José Trillo en contra de la petición de dimisión, que exigían los cinco representantes de los bodegueros, una nota de prensa vuelve a resucitar una crisis interna que está provocando estragos en el mundo vitivinícola.
Así, aunque no prosperó el primer intento, los cinco vocales del sector bodeguero vuelven a la carga asegurando que José Trillo «no se ha hecho merecedor de la confianza que en él se había depositado para la defensa del espíritu que debe imperar en el funcionamiento del Consejo Regulador; lo que hace que no cuente en la actualidad con la mayoría necesaria (ocho vocales) para seguir ejerciendo su funciones de presidente».
Aunque la gota que colmó el vaso de la paciencia de estos cinco vocales se produjo en la organización de la inauguración de la sede del Consejo Regulador, cuando Trillo acudió con el rey Don Juan Carlos a una comida 'privada' junto al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera y el alcalde raudense, David Colinas, a la que no fue invitado el resto del Consejo, el descontento se extiende a la gestión del presidente desde que llegó en el año 2007. «Trillo empezó a actuar al principio como presidente no ejecutivo. Posteriormente se fue atribuyendo funciones de gerente y en sus actos hemos podido comprobar su fuerte carácter presidencialista de modo que nos representa en eventos y lugares sin previa consulta (suponiendo un incremento del gasto en el Consejo Regulador) y plantea y defiende presupuestos que resultan de difícil aceptación y que suponen un sucesivo incremento de los gastos año a año».
Y es que, advierten, por primera vez en la historia del Consejo Regulador los «gastos de explotación» son superiores a los ingresos no habiendo éstos disminuido. «Se llevan a cabo actos promocionales de elevado coste que si bien son aprobados por el pleno nunca tienen la repercusión mediática que justifiquen su cuantía», añaden.
Por todo ello, aseguran, «Trillo no representa los intereses de la zona» como pasó en la inauguración de la sede. «Fue un acto que no tuvo el calado y el peso promocional que se pretendía para el buen nombre 'Ribera del Duero', ya que el presidente antepuso otros objetivos de carácter político y de otras índoles que no coinciden en absoluto con los de la Denominación de Origen».
Otros problemas de fondo
Pero hay otros problemas de fondo que preocupan al sector bodeguero que cree no estar lo suficientemente representado. Y es que, de los doce vocales que se constituyeron en el pleno actual que data de 2007, seis son componentes de cooperativas, uno es miembro de un sindicato agrario y cinco son bodegueros. «Al final somos cinco vocales frente a siete», lamentan mientras recuerdan que precisamente fueron los seis vocales de cooperativas y el representante del sindicado agrario los que impusieron a José Trillo como presidente. Una opción que no convenció al núcleo bodeguero «dada la condición de funcionario» y lo que podía suponer. En este sentido, el sector 'Bodegas' y los cinco vocales que lo representan defienden con la petición de dimisión del presidente «la independencia del Consejo Regulador de cualquier órgano de ninguna administración pública». «El Consejo Regulador surge de la iniciativa privada y se financia de la misma por lo que los vocales bodegueros defienden que hoy más que nunca el Consejo debe funcionar con fuertes parámetros de rentabilidad que solo pueden tener su origen en una gestión austera y consciente. El Consejo Regulador debe administrar el dinero de todos de forma rigurosa y tener como único fin la promoción del buen nombre Ribera del Duero», concluyen.
La historia promete continuar el próximo 9 de mayo cuando se celebre un nuevo Pleno ordinario en el Consejo Regulador.