El Correo de Burgos

Crónica de un pueblo de la Ribera

El director de la Fernán González y cronista de Fuentecén, José Manuel López Gómez, reúne en un libro la historia, medicina y sociedad de esta localidad entre 1700 y 1900

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A.S.R. / BurgosApenas tenía unos meses cuando José Manuel López Gómez recorrió por primera vez las calles de Fuentecén en brazos de su prima Carmen. Fue el primer verano de muchos. Largas vacaciones estivales en las que aprendió a querer a este pueblo ribereño del que procedía su familia materna. El abuelo Hilarión le enseñó a amarlo y ese sentimiento le llevó, ya de joven, a investigar la historia de la localidad donde se hundían sus raíces. Brujuleó por unos y otros archivos y el resultado de este trabajo que realizaba en los ratos libres que le dejaban sus estudios de Medicina se materializa ahora en el libro Historia, medicina y sociedad en un núcleo rural de la Ribera burgalesa: Fuentecén (1700-1900), editado por el Ayuntamiento, que el autor se vio obligado, entre comillas, a rematar tras ser nombrado cronista oficial del pueblo hace un año.El volumen, prologado por los cronistas de la capital burgalesa y la provincia, Vicente Ruiz de Mencía y René Jesús Payo, arranca con una introducción con unas pinceladas sobre su origen.Su posible nacimiento en el año 912 por la repoblación de Haza, el posterior ataque de los musulmanes, el contraataque de Almanzor, la reconquista de los condes castellanos a principios del siglo XI, la tranquilidad conseguida en el XIII, las continuas luchas dinásticas que sumen a la población en un sinvivir, la creación de la Comunidad Villa y Tierra de Haza que hoy persiste, la consolidación del núcleo, el desarrollo económico gracias al vino, la construcción de la nueva iglesia parroquial...El autor se zambulle después en los doscientos años que dan título al libro y que ha elegido porque en ellos se produce «la mayor dimensión administrativa, poblacional, económica y artística de Fuentecén».López Gómez invita a viajar a esos años y se regodea en el crecimiento urbanístico hacia las ermitas -Concepción, Santa Ana y Santa Lucía- que se habían levantado extramuros y acabaron engullidas por el caserío y en la presencia de Fuentecén en el «fundamental» Catastro de la Ensenada de 1752.El pueblo llegó a tener 1.400 habitantes a finales del siglo XIX, unos años que serán de tensiones y de cambios. Su localización en la carretera general le supuso un duro golpe durante la Guerra de la Independencia pues, cuenta el doctor, las pérdidas por los saqueos de grano y vino de las tropas francesas fueron cuantiosas. «Lo dejaron totalmente arruinado. Tuvo que vender sus propiedades municipales, sus vinos y sus tierras y llegaron a encarcelar en Aranda a todo el Ayuntamiento y a los principales propietarios», relata y observa que por Fuentecén pasaron El Empecinado y el Cura Merino.Las desamortizaciones de bienes eclesiásticos o la compra de tierras en el páramo de Corcos completan este recorrido histórico.Pero donde López Gómez se encuentra en su salsa, y así se entrevé en las páginas dedicadas, es cuando se adentra en la vida sanitaria del municipio.Realiza un boceto con la estructura de la época, completamente distinta a la actual, y que contemplaba a los médicos (con formación universitaria), los cirujanos (latinos, con estudios superiores, y romancistas, que eran los que en su mayoría trabajaban en los pueblos y tenían una formación de oficio, como la de cualquier gremio, aprendida de un maestro) y los boticarios (también articulados como gremio).López Gómez recoge los sanitarios que atendieron a Fuentecén y las distintas formas de pago y observa cómo la presencia de unos u otros reflejaba el poder adquisitivo que gozaba el pueblo.Concluye el volumen con un estudio sobre las enfermedades, la muerte y la esperanza de vida.El investigador, que el jueves pregonará las fiestas, ha tenido que sortear algunos escollos para conseguir reunir las piezas de todo este puzle como la ausencia de archivo municipal, arrasado por sendos incendios en el Ayuntamiento y en la sacristía de la iglesia en 1955, y también por la pertenencia administrativa de Fuentecén a la provincia de Segovia hasta 1833 y religiosa a la diócesis de Osma.López Gómez escribe un punto y seguido en 1900 y espera que otros sigan el hilo. Él no lo hace porque considera que aún no hay perspectiva histórica suficiente para hacerlo con rigor.

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