El Correo de Burgos

Los restos de 129 víctimas del franquismo reciben sepultura en Aranda de Duero

Expertos estiman que se ha recuperado el 80% del total de fallecidos en La Ribera

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Burgos

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L. SIERRA /ICAL /Burgos

Los restos de 129 víctimas del franquismo fueron inhumados ayer en el cementerio municipal de Aranda de Duero, en un acto en el que se mezclaron los sentimientos de alegría y tristeza por parte de las familias de quienes perdieron su vida durante los primeros años de la Guerra Civil. Apilados en pequeñas cajas y sin nombres y apellidos, los restos de más de un centenar de ribereños fueron depositados en la fosa común en la que reposan en el camposanto aquellas personas que corrieron la peor suerte en la contienda española. Los restos, que ya reposan lejos de las cunetas, salieron a la luz hace años en las fosas comunes de Milagros, Gumiel de Izán, La Horra, La Ventosilla y Villalba de Duero, gracias a las labores llevadas a cabo por la Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica y la Asociación ‘En medio de Abril’, que hoy programó un sencillo acto en el Tanatorio de Funelca y en el cementerio de Aranda de Duero para rendir homenaje a las víctimas y a sus familias.

El responsable del mismo, José María Rojas, explicó en declaraciones a los medios que se ha conseguido extraer ADN a buena parte de los restos hallados en las diferentes fosas, aunque en la mayor parte de los casos, y por la escasez de medios económicos, no se han llevado a cabo los análisis que han de determinar quiénes son los fallecidos. Por ello, la inhumación de hoy ha sido conjunta, a la espera de que «corran tiempos mejores», y a cada una de las pequeñas cajas que hoy se han inhumado se les pongan nombre y apellido. «De algunas de las fosas se ha logrado identificar a alguno de los fallecidos. De la fosa de Gumiel de Izán se ha identificado a uno de ellos, un muchacho que fue fusilado a los 18 años», explicó Rojas, quien entiende que el acto de hoy marca un punto y final a una gesta que comenzó hace años cuando comenzaron a buscar todas las fosas de la zona de La Ribera. «Ya hemos mirado todo y testigos quedan cada vez menos», explicó. Más información en edición impresa

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