El Correo de Burgos

PATRIMONIO

El Palacio de Avellaneda supera en su nueva etapa las 7.000 visitas

La zona congresual del edificio alberga en la actualidad de forma temporal la escuela local, tras el hundimiento que sufrió el piso del centro educativo de la localidad

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Burgos

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LORETO VELÁZQUEZ / Aranda

Desde que el pasado mes de junio, el Palacio de Avellaneda abrió de nuevo sus puertas tras 18 meses cerrado, el monumento nacional ha recibido ya 7.125 visitas, una cifra no excesivamente alta, que responde según el alcalde de Peñaranda, José Caballero, «al descenso del turismo por los efectos de la crisis».

Según el acuerdo que firmó el pasado año la consejera de Turismo, Alicia García, la Administración regional se compromete a asumir hasta el 31 de diciembre de 2015, los gastos corrientes que genere el edificio. Además, en el 2013, la Junta aportó una única partida de 6.000 euros para la contratación de una guía de apoyo para la oficina de turismo de Peñaranda, e invirtió 90.000 euros en unas obras de mejora, que se proyectaron con el objetivo de solventar el problema de humedades, goteras y tejas defectuosas. A cambio, las visitas pasaron a coordinarse desde la oficina de turismo que depende del Ayuntamiento.

Hundimiento

Fruto de este convenio, el monumento nacional pasó de abrir únicamente los cuatro viernes de cada mes, a hacerlo de martes a domingo, en horario de mañana y tarde. Eso sí, sólo se muestra la parte noble, ya que la zona congresual, que antes daba cabida a cursos formativos de empresas, dio en septiembre un giro temporal para albergar una improvisada escuela, tras el hundimiento del piso del colegio de Peñaranda.

«Se hundió 7 centímetros, tanto en la zona de las clases como de las oficinas, por lo que adoptamos esta medida provisional a la espera de que la Junta aporte el dinero para subsanar el problema», explica el primer edil, José Caballero, quien culpa a la humedad el deterioro del piso, que es de madera.

La preocupación del alcalde se extiende a la piscina del palacio, que este verano no pudo abrir por falta de recursos económicos. «Me sabe mal por el pueblo pero tengo que mirar por la estabilidad presupuestaria, sobre todo ahora que hay tantos recortes», concluye con la esperanza de que algún día cambie la realidad y se pueda reabrir la instalación.

Recuperar la normalidad

Comienza de esta forma a recuperarse una normalidad perdida desde que el 31 de diciembre de 2012, la Administración decidiera cerrar al público este palacio, que fue construido en el siglo XVI por encargo del conde Francisco de Zúñiga y Avellaneda. De estilo sobrio e impresionantes dimensiones (12.000 m2), destaca por el claustro y sus arcos, los artesonados góticos, mudéjares y renacentistas, su escalera y por supuesto, su portada plateresca, que representa una de las joyas del arte español.

No en vano, la clausura supuso un varapalo para los 600 habitantes del pueblo de Peñaranda, ya que, el palacio representa uno de sus principales atractivos turísticos de la localidad y la zona.

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