El Correo de Burgos

Las obras del acceso de El Valles desde la N-I entran en su recta final

En la actualidad, se realizan las labores de asfaltado en las rotondas y conexiones viales

Burgos

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G. G. / Briviesca

El siniestro cruce briviescano en la N-I de El Valles, donde desde su apertura hace más de 40 años han perdido la vida decenas de personas, tiene finalmente los días contados.

Tras un retraso de una década, el puente que permitirá evitar el mortal cruce del kilómetro 280 está siendo objeto de las labores de adecuación del firme, al igual que las rotondas que conectarán la nueva infraestructura con la red viaria interior.

La obra debería haber estado lista en el año 2012, pero afectada por retrasos y ‘reprogramaciones’ el proyecto, incluido en la variante Monasterio-Cubo de Bureba, era uno de los más demandados. Y atrasados, tanto por los briviescanos como por los usuarios de la N-I dado el negro historial del citado cruce. De hecho, las dos últimas víctimas mortales del temido cruce se produjeron en 2012, tras arrollar un camión a un turismo cuando  éste último intentaba acceder a la capital burebana.

Las obras comenzaron de forma efectiva hace casi un año justo, y aunque no se fijó oficialmente su duración, se calculó que estaría listo para el verano de este año, algo que parece ser será una realidad.

Este largo período responde a la circunstancia de que el puente está situado a unos 50 metros del actual acceso, que cruza por encima de la traza de la N-I y de la vía férrea Madrid-Irún y desemboca en un pequeño valle anejo al cauce del Oca.

Por ello, ha sido necesario construir una elevación sobre el terreno de varias decenas de metros, para alcanzar la altura necesaria para comunicar con los pontones en la zona de Cameno.

Una vez se hayan terminado las obras, la futura conexión a distinto nivel, por encima de la carretera, tendrá una estructura tipo diamante, con glorietas a cada lado de la carretera, donde confluyen todos los ramales.

Esta zona es la que actualmente alberga la mayor parte de los trabajos, por la necesidad de consolidar el firme antes de proceder a la colocación de sistemas de protección y señalización.

Cabe destacar que en Briviesca la obra de mejora de la N-I no se limita a la construcción de puentes como en la mayoría de las localidades entre Monasterio de Rodilla y Cubo de Bureba sino que se diseñó una variante completa.

Esta se desarrolla entre los puntos kilométricos 279,6 y 280,9 Por lo que fue ya necesario en el caso del acceso a Cameno desviar el tráfico a un vial de nueva construcción.

Una de las principales dificultades de esta variante briviescana ha sido el ingente movimiento de tierras necesario, que literalmente se ha ‘comido’ más de la mitad del el Alto de Parapa, además de construir un paso subterráneo bajo la line férrea.

Por ello la obra cuenta con una dotación presupuestaria de 2.243.813,43 euros para la construcción de la estructura tipo diamante, con glorietas a cada lado de la carretera, donde confluyen todos los ramales de acceso de las carreteras provinciales.

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