El Ayuntamiento cierra sus dos bodegas subterráneas por seguridad

LORETO VELÁZQUEZ / Aranda

Si el riesgo de desprendimientos -en una de las zonas- obligó al Ayuntamiento a cerrar la bodega de Las Caballerizas hace ya dos años, la preocupación se extiende ahora a la otra bodega municipal, la de las Ánimas, que ha cerrado sus puertas al público, como consecuencia de una gotera a la altura de la escalera. «Hemos tomado esta decisión por un motivo de seguridad, para evitar caídas”», explica el concejal responsable del área de Turismo, Alfonso Sanz. Con el objetivo de conocer la situación real de la avería y buscar una solución técnica, Sanz ha pedido al Servicio de Aguas que estudie la filtración «para ver si es un problema nuestro o de un particular». «Si damos con ella, entiendo que no supondrá un coste excesivo pero hay que esperar a ver si es una fuga de agua limpia o una filtración», advierte.

Con este panorama, y ante la imposibilidad de enseñar a los turistas las dos bodegas municipales, la asociación de guías que el Ayuntamiento contrató a través de un convenio para mostrar el centro de la ciudad -en una ruta que incluye además el Centro de Interpretación de la Arquitectura Asociada al Vino (Ciavin) y una bodega subterránea- se completa ahora gracias a las peñas que facilitan el acceso a sus bodegas.

Hay que recordar que la bodega de las Ánimas constituye un importante recurso turístico para un Ayuntamiento que la convirtió en museo en 2006. Ubicada a los pies de la iglesia de Santa María, y con una historia que se remonta al siglo XVI, ofrece un recorrido didáctico sobre la evolución de la elaboración de antaño, en el que reliquias como barricas o prensas comparten espacio con poemas y recreaciones.MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA