Aranda refuerza el servicio de limpieza de grafitis pero la lista de espera es de 6 meses

Seis meses. Es el tiempo medio que a día de hoy tiene que esperar un arandino para que el Ayuntamiento borre el grafiti o los grafitis que alguien ha pintado en su fachada. Desde la Concejalía de Medio Ambiente explican: se ha reforzado el servicio de limpieza y ahora hay dos personas y una máquina hidro-limpiadora, pero no dan abasto. “Según limpiamos una calle, en una semana está otra vez igual. Te parte el alma, la verdad”, lamentan desde la concejalía al recordar que las fachadas son propiedad privada. De hecho, en muchos pueblos de la Ribera, la limpieza la hacen los propios propietarios afectados por la pintada.

Al ser propiedad privada el Ayuntamiento de Aranda de Duero solo puede limpiar las fachadas cuyos propietarios tramitan la solicitud. Tampoco puede quitar los grafitis de iglesias y mucho menos de la Iglesia de San Juan y de Santa María, protegidas con la declaración de Bien de Interés Cultural. “Solo se hace si se cuenta con un técnico de Patrimonio”.

La Policía hace lo que puede. Desde septiembre de 2022 se ha abierto expediente sancionador a 15 personas, pero es continuo. Ayer mismo la junta de gobierno local dio el visto bueno a una multa de 1.500 euros a un individuo que se había dedicado a dejar su firma en paredes de las calles Antonio Machado, Travesía San Isidro, Carrequemada, San Francisco, San Antonio y en la rotonda de Quemada. Aunque la mayoría son menores, en esta ocasión era mayor de edad.

Según explica la portavoz del equipo de gobierno, María de las Viñas Ortuño, la junta de gobierno local acordó también ayer multar con 751 euros a un menor de edad que la policía pilló mientras hacía un grafiti en la calle Torito Arandino.

Al estar considerada en la ordenanza municipal de limpieza viaria como infracción grave, las multas son cuantiosas y van de los 750 euros a los 1.500. En el caso de que sean reincidentes la cifra puede subir hasta los 3.000 euros.

El proceso no es sencillo. Para abrir un expediente, el autor del grafiti tiene que ser sorprendido casi de forma infraganti. O eso o contar con pruebas como un video o fotografías del momento de la pintada. Por eso, insisten desde la concejalía de Medio Ambiente, es importante que los vecinos colaboren denunciando estos actos vandálicos que tanto afean calles y barrios.

El dinero no es garantía. La limpieza de estas pintadas cuesta a los arandinos más de 60.000 euros al año, pero los grafiteros van más rápido. “Si con 60.000 euros estuviese limpio todavía, pero es que no, es que sigue fatal”, explican convencidos de que si se invirtiera 120.000 euros “daría igual porque estaría igual”. “Es un problema de educación”.

¿Limpiar ellos mismos lo que han manchado?

Aunque lo ideal sería que estos grafiteros sancionados pagasen su deuda limpiando lo que han manchado, es muy complicado ya que, según explican los expertos consultados, al ser la mayoría menores de edad, habría que darles un curso previo de cómo pintar, tendrían que facilitarles un EPI, destinar a una persona responsable a controlar y contar con un seguro por si se lesionase. “La solución es educación y entender que están manchando algo que es de todos y que pagamos todos”, insisten.

Los 60.000 euros que el Ayuntamiento gasta en este servicio, se incluye dentro del presupuesto de la empresa adjudicataria, pero si no hubiese tanto problema de grafitis “se podría emplear en limpiar a fondo otras cosas”.