J. Carlos de Magarida: "Las administraciones tienen que impulsar, no solucionar la innovación"

La representación universitaria llegó ayer al congreso Somos CyL, organizado por este periódico, de la mano de Juan Carlos de Margarida, doctor en Economía y Administración de Empresas, profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Valladolid y presidente del Colegio de Economistas de Valladolid. De Margarida definió Castilla y León como «una tierra de servicios» y expresó la necesidad de potenciar el sector industrial, «el más importante».«Castilla y León no está bien posicionada en ese ámbito», reconoció con franqueza el presidente del Colegio de Economistas vallisoletano para, acto seguido, respaldar su afirmación aludiendo a que la Comunidad ocupa el duodécimo puesto del país en cuanto a tejido industrial. De Margarida puso como ejemplo a seguir territorios como Madrid, Cataluña, el País Vasco yValencia y abogó por dar fuerza a este sector y generar «servicios avanzados» que los complementen y que ayuden a que las empresas «puedan crecer, internacionalizarse e innovar», si bien concedió que, en la Comunidad, existen «sectores punteros» como el automovilístico, el aeronáutico o el biomédico.Y es que la innovación, para De Margarida, tiene que hacer frente en Castilla y León a dos «problemas fundamentales: la percepción por parte de los pequeños y medianos empresarios de que conlleva un alto coste y la falta de recursos». Respecto al último, el economista indicó que, «gracias a las ayudas, está casi paliado», por lo que focalizó el mayor escollo en la «ausencia de un cambio de mentalidad».De Margarida tiró de números para concienciar de este obstáculo y aseguró que un 26% de las empresas castellanas y leonesas consideran que innovar «no es necesario», mientras que el 10% de las que lo han hecho creen que «no tienen que volver a innovar».El economista indicó que lo fundamental para innovar es la creatividad y que, sin esa característica, «es imposible conseguirlo». Debido a esto, explico que la labor de las administraciones es «vender la Comunidad al resto de países» y que «luego, el empresario se venda por sí mismo». «Las administraciones tienen que impulsar, no solucionar la innovación», subrayó.En esta línea, mencionó la existencia de un problema generacional en el que, para él, radica la ausencia de innovación. «El sistema educativo cultiva mentes memorísticas, no reflexivas; comportamientos que ejecutan pero que no crean», explicó. De Margarida ejemplificó su crítica aludiendo a que muchos universitarios «con altos conocimientos, al entrar en una empresa, se quedan bloqueados», por lo que llamó a visibilizar ese fallo, que relacionó con que «todo el mundo ha querido ser universitario», algo que, para el economista, ha mermado la capacidad de emprender, porque «emprender es también tomar una decisión y no otra conociendo las limitaciones y capacidades propias».