El Correo de Burgos

La Audiencia de Zamora rebaja dos años y cinco meses a un violador por la ley del 'Sí es sí'

La provincia contabiliza seis agresores sexuales condenados que han visto reducidas sus penas

Audiencia de Zamora.- E. M.

Audiencia de Zamora.- E. M.

Burgos

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La Audiencia Provincial de Zamora ha rebajado dos años y cinco meses la pena de prisión, al revisar una sentencia en virtud de la Ley del ‘Solo sí es sí’, impuesta a un hombre que violó de forma continuada a una de sus hijas y agredió sexualmente a la otra.

Las agresiones sexuales hacia su hija mayor comenzaron cuando esta tenía 12 años, y con la otra, que tiene una reconocida discapacidad del 52% por sufrir un retraso madurativo, cuando tenía 13 años.

La provincia de Zamora contabiliza seis agresores sexuales condenados que han visto reducidas sus penas en virtud de la aplicación de la Ley del ‘Solo sí es sí’, informa Ical.

El sujeto, que había sido condenado a ocho años y nueve meses de prisión por un delito continuado de agresión sexual del que fue sujeto pasivo una de sus hijas y a 13 años y siete meses, por delito continuado de violación, tendrá que cumplir una condena de 11 años  y dos meses.

Por lo que se refiere al delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años, por el que fue condenado a ocho años de cárcel y el mismo tiempo de libertad vigilada, la Audiencia Provincial de Zamora estima que no procede la revisión de las penas impuestas. Además, deberá indemnizar a sus hijas con un total de 36.000 euros.

Según figura en los hechos probados de la sentencia inicial, el acusado aprovechaba momentos en los que el resto de la familia estaba dormida o no se encontraba en la casa para introducir sus manos por debajo de la ropa de una de las niñas y tocarla, poniéndole el pene sobre las partes íntimas, sin llegar a penetrarla. Esa conducta se repetía varias veces a la semana y se hacía bajo la amenaza de provocarle daño a ella o a su madre y, en alguna ocasión llegó a golpearla.

A primeros de 2015, el padre se enteró de que su hija mayor había perdido la virginidad y, a partir de ese momento, y aprovechando idénticas ocasiones que en el período anterior y con las mismas amenazas y agresiones, empezó a tener relaciones sexuales completas con penetración.

Esas relaciones se mantuvieron hasta el momento en el que la adolescente se quedó embarazada de la persona con la que entonces mantenía relaciones y continuaron de nuevo una vez nació su nieta y durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2016. 

El 22 de enero de 2017, la joven le contó a su madre lo que estaba pasando y esta la invitó a denunciar los hechos, pero ella no lo hizo por miedo a que el acusado cumpliera las amenazas, que incluían también a su hija recién nacida. 

El 29 de enero de 2017, el acusado se introdujo en la cama de la otra niña, que tenía 13 años en ese momento, le tapó la boca con la mano para evitar que chillara, le tocó las partes íntimas, le quitó el pantalón del pijama y le puso el pene en la vagina sin llegar a penetrarla.

La niña le contó días después a una amiga lo que le había hecho su padre y escribió los hechos a su madre, ya que se veía incapaz de relatarlos de palabra. Al final, fue la abuela de su amiga quien presentó una denuncia en la Comisaría de Policía, que puso en marcha el procedimiento.

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