El Correo de Burgos

DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA COMUNIDAD

Mañueco a Tudanca: "Cuanto más le conocen, menos le votan"

El presidente de la Junta carga contra la "amnistía indecente" y reconoce a Tudanca que "sí cumple y no como Pedro Sánchez, que daba la espantada en el debate de investidura" / Tudanca a Mañueco: "Repita conmigo, soy presidente gracias a la extrema derecha" 

Alfonso Fernández Mañueco, en su réplica a Luis Tudanca.

Alfonso Fernández Mañueco, en su réplica a Luis Tudanca.ICAL

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ALICIA CALVO / RICARDO GARCÍA / VALLADOLID
Burgos

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Un debate sobre el estado de Castilla y León en clave nacional. Un enfrentamiento entre el presidente de la Junta y el líder del PSOE en el que han tratado de ponerse mutuamente frente a un espejo. Para Mañueco, en el reflejo de Tudanca aparece Pedro Sánchez, y para Tudanca, el de Mañueco es compartido con VOX. El jefe del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, defendió su gestión y siguió la estela de Alberto Núñez Feijóo cargando, como hilo central de sus intervenciones, contra la «indecente amnistía» de Sánchez a los independentistas y el beneplácito de Tudanca (por su silencio) a esta.

Antes de los ‘cara a cara’ vespertinos con cada portavoz parlamentario, Mañueco dispuso de un turno inicial matutino en el que durante 85 minutos, interrumpido en 27 ocasiones por aplausos de los suyos, fijó posiciones mirando al Congreso y arremetiendo contra los favores que deberá pagar el PSOE para que fructifique la investidura de Pedro Sánchez, al que precisamente el rey encargó este martes la investidura. En él se centró y a él le advirtió reiteradamente: «No cederemos a chantajes de apoyos por privilegios a unas comunidades sobre otras». Y al que considera su «sombra» en las Cortes autonómicas, a Luis Tudanca, le espoleó a que se opusiera a él. «Rompa con Sánchez como han hecho algunos compañeros y colegas».

Uno de los dardos que con más puntería lanzó Mañueco en una de sus respuestas al líder socialista en Castilla y León fue cuando le recordó su enfado con su jefe máximo en el partido y los calificativos que empleó entonces. «La única vez que le he visto indignado, defraudado y desesperado con Sánchez fue cuando no colocó a sus amigos en las listas del 23 julio». Apuntó en referencia al cambio impuesto por Ferraz en las candidaturas al Congreso y al Senado para colocar a Javier Izquierdo (Valladolid) y Manuel Arribas (Ávila), respectivamente. Esos mismos adjetivos le pidió que utilizara ahora para plantarse contra el posible trato de favor a los separatistas. «Cuando salga del edificio, no podrá mirar a la gente de Castilla y León a la cara», le espetó.

El portavoz socialista no se quedó atrás y aprovechando la crítica sobre la falta de médicos, sacó a colación la ‘pesca’ de ex miembros de Ciudadanos para cargos en administraciones gobernadas por los populares, arrancando la risa, e incluso la carcajada, de más de uno de su bancada y del recién expulsado por Cs, Francisco Igea. «Usted dice que no contrata más profesionales porque no los encuentra, porque no hay. Tampoco quedan muchos militantes de Ciudadanos y les ha encontrado a todos para colocarlos como asesores. Deje de buscar tránsfugas y busque médicos». Y aquí sirven los ejemplos de Miguel Ángel González, ex secretario autonómico de Organización de Ciudadanos, que pasó a formar parte del personal eventual de la Consejería de la Presidencia; Marta Sanz, incluida en las listas del PP de Arroyo; la ex procuradora María Teresa Gago, en las listas de Zamora o el ex portavoz de Cs en Cortes, David Castaño, actual asesor del PP en la Diputación de Salamanca. Ese que dijo en la tribuna aquella frase célebre de «déjennos morir en paz».

El presidente autonómico defendió su gestión al frente de la Comunidad aludiendo a los últimos resultados electorales y recordándole a su oponente socialista quién fue el más votado en los últimos comicios de la región: «Los castellanos y leoneses en mayo y en junio dieron el respaldo a nuestro gobierno. No parece que ustedes vayan por buen camino en Castilla y León. Cuanto más le conocen, menos le votan», incidió el máximo responsable de la Junta, que puso enfrente a su gobierno, al que asegura que le dan su apoyo los castellanos y leoneses «porque quieren un gobierno estable». «Es lo que les ofrecemos, un gobierno de políticas útiles, que es lo que les damos». En este punto, Mañueco le dio la vuelta a las palabras de Tudanca sobre la mala gestión que el socialista le atribuye para recriminarle: «Y usted viene aquí a hablar del peor gobierno de nuestra historia, sí, el peor gobierno de nuestra historia es el de Pedro Sánchez».

El líder regional de los socialistas entendió que el presidente de la Junta acudía al debate «a tratar de remendar el fracaso de Feijóo». «Pero aunque el fracaso se vista de seda...». Siguiendo con su argumentación, Tudanca se preguntó qué hubiera hecho Mañueco si Feijóo hubiera logrado ser presidente. «Hubiera tenido que tirar medio discurso», afirmó el socialista porque, dijo, «la mitad se ha dedicado a hacer oposición al gobierno de España».

El portavoz del PSOE introdujo en su intervención a VOX, al tiempo que afeó a su interlocutor por haber obviado en su discurso inicial a la formación política con la que gobierna en coalición. «Repita conmigo. Soy Alfonso Fernández Mañueco y soy presidente gracias a la extrema derecha, a VOX. Repita conmigo, no es tan difícil», invitó al jefe del Ejecutivo autonómico. Del mismo modo, Tudanca también le afeó que hubiera eludido «hablar del elefante», aunque aseveró que «el elefante está en todos lados». Ese elefante obviamente es el partido de Santiago Abascal. «Pero existen, claro que existen. Están ahí y le han contagiado porque aquí empezó todo. Aquí dieron entrada por primera vez a la extrema derecha en nuestros gobiernos. Aquí comenzó la simbiosis entre el PP y VOX. Castilla y León fue su comienzo. Y Castilla y León será su final», predijo antes de espetar a Mañueco que «vive en una Castilla y León irreal».

Precisamente esta crítica se la devolvió el jefe del Ejecutivo autonómico al portavoz socialista con similares términos referidos a la distorsión de la realidad. Le recriminó que ofrezca «una imagen paralela de la Comunidad, virtual, que no se corresponde con la realidad de las personas de Castilla y León».

Pero el contexto nacional seguía latiendo en cada intervención. «El PSOE de Castilla y León ha cambiado, está irreconocible. Usted señor Tudanca siempre pasa por el aro. Su actitud de indignación fingida ya solo convence a los convencidos. No intente vendernos que el Gobierno atado a Puigdemont, Rufián y Otegi es bueno para Castilla y León y para España. Ese brebaje no hay estómago que lo aguante».

No evitó la ocasión el presidente de la Junta de criticar la estrategia de sacar a Óscar Puente a dar la réplica a Feijóo en la investidura que no prosperó, y en su turno de réplica sí le reconoció algo ¿positivo? a Tudanca, pero para echárselo en cara al presidente en funciones del país: «Usted sí cumple y no como Pedro Sánchez, que dio la espantada en el debate de investidura el otro día para evitar tener que decir la palabra amnistía, como usted hoy aquí, que tampoco la ha dicho».

Presumió de gestión en Servicios Sociales, Sanidad, Educación, empleo... y contrapuso su figura como un político que sí cree en la Comunidad, en sus logros, progreso y avance, a la del portavoz socialista al que dibujó en términos negativos de «amargura, frustración y desesperación». «Viene usted a las Cortes con el discurso que le impone Pedro Sánchez ahora a sus portavoces. Discursos que son un manual de portavoces de la amargura y la frustración», aseveró el presidente de la Junta en su respuesta al discurso del portavoz del PSOE. «¿No sé que gana hablando mal de esta tierra?».

Entre los ataques de uno y otro hubo daños colaterales inesperados en filas socialistas. Mañueco insistió en que «el dinero no tiene color político, que los fondos de Europa son de los contribuyentes», y le pidió que se lo recordara a la delegada del Gobierno, sólo que cambió la preposición en la frase, un ‘de’ por un ‘contra’ cargados de significado: «Son fondos europeos, de Europa, no de Sánchez, a pesar de esa mala gestión y de los errores del gobierno socialista. ¿Le puedo pedir un favor? Si no le parece mal, este dato se lo pueden dar a la delegada del Gobierno contra Castilla y León, porque no lo tiene muy claro». Mientras, la delegada, la soriana Virginia Barcones, impasible, escuchaba desde el centro de la tribuna de autoridades.

En un cara a cara de desencuentro total, ni un acercamiento en las cuestiones esenciales. Mañueco propuso tres pactos (Sanidad, Corredor Atlántico y financiación autonómica) Tudanca los rechazó. Tampoco hubo pregunta con respuesta en una y otra dirección. Sólo interrogantes y contestaciones genéricas. Arrancó el también secretario general del PSCyL la primera parte de su intervención acordándose del acoso sufrido por el diputado del PSOE y ex alcalde de Valladolid, Óscar Puente, en el AVE a Madrid y pidiendo una condena verbal por parte de Mañueco. «Sería muy bueno que hoy usted se apartara de los que en su partido justifican a violentos con antecedentes y sin peros condenara estos hechos [...] Esta semana hemos visto, una vez más, cómo violentos instigados por el odio tratan de hacer imposible la convivencia, tratan de hacer imposible a los progresistas dedicarnos al servicio público. Ya ni siquiera basta con el insulto y la descalificación. Ahora ya es el acoso y el hostigamiento, incluso a la familia», apeló Tudanca para también trasladar su apoyo a Puente.

Mañueco no nombró al ex regidor de Valladolid. «Rechazo todo tipo de violencia, pero ¿usted me va a dar lecciones a mí, que tiene como socio a Podemos que cuando hablaba de escraches decía que era jarabe democrático, usted que es socio de Bildu y de Puigdemont?». Y trasladó su propia pregunta en más de una ocasión. «¿Qué opina de la amnistía, de los privilegios y de la igualdad de los españoles?» El socialista no respondió en ningún momento sobre esa peliaguda cuestión de actualidad.

Si la falta de entendimiento con Tudanca fue total, la confrontación se repitió con UPL, Soria YA y el Grupo Mixto. Con Luis Mariano Santos se enfrentó a cuenta de los pactos con los socialistas. «Es la muleta del PSOE», definió Mañueco, que pidió que UPL rompa con los socialistas de llegar la amnistía, a lo que el leonesista se defendió yendo al ataque: «¿Cómo puede defender el acuerdo con el PSOE sanchista en Valdefresno y San Esteban de Nogales?».

El portavoz de Soria Ya, Ángel Ceña, entiende que la Junta afronta la despoblación «con ocurrencias» y Mañueco lamentó su «victimismo y pesimismo». Con el Grupo Mixto, similar diálectica. Pablo Fernández, Pedro Pascual y Francisco Igea clamaron, cada uno en su turno, contra lo que entienden como un retroceso en la Comunidad, mientras Mañueco les recriminó que hablan «para las redes». A quien fuera su socio de gobierno, además, le aseguró que «nadie le echa de menos».

Un debate, el segundo en materia de política general de Castilla y León al que se ha enfrentado Alfonso Fernández Mañueco, en donde, en suma, se quería reflejar defectos del otro, pero donde hubo algún estrépito de espejo roto en forma de ironía, reprimenda, llamadas al orden y alusiones constantes a los líderes nacionales, fundamentalmente a uno.

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