El Correo de Burgos

SOCIEDAD FILARMÓNICA DE BURGOS

Un año para celebrar un siglo de vida

La Sociedad Filarmónica de Burgos se creó en 1910 y en la actualidad aglutina a cerca de 800 melómanos de la ciudad. Ofrece entre 35 y 40 eventos cada año

Burgos

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L. B. / Burgos

La Sociedad Filarmónica de Burgos reúne en la actualidad a unos 800 miembros, una cifra que en los últimos años «se mantiene estable», apostilla su presidente, José Manuel Alegría, que califica de pregunta del millón la referida a la media de edad de los mismos.

«Lo cierto es que la gente joven no predomina pero aún así el volumen de socios tampoco decae, suele haber las mismas altas que bajas», aclara. Así, serán unos 800 melómanos burgaleses, por tanto, los que festejen en el año que acaba de comenzar los cien años de vida de la institución cultural fundada en 1910. No hay, sin embargo, ningún evento especial previsto, aunque les gustaría, y mucho menos contemplado en su presupuesto.

La historia de la Sociedad Filarmónica de Burgos se divide a juicio de Alegría en dos etapas cuya frontera podría ubicarse en los tiempos de posguerra civil. En la primera, «a pesar de no tener muchos socios», logró acercar a la capital burgalesa a músicos de la talla del compositor y violinista rumano Georges Enesco o al pianista Arthur Rubistein «en varias ocasiones además», subraya Alegría y relata que la Filarmónica de Burgos llegó a comprarle uno de los pianos con los que solía viajar. «Y lo hemos tenido en uso para los conciertos hasta hace unos 25 años», añade. Falla, Pérez Casas, Raventós, Iturbi o Joaquín Turina fueron otros de los 'grandes' que sonaron en el Teatro Principal o, incluso, en el edificio de la Diputación Provincial en una época marcada por la «intensa colaboración con el maestro Arbós que recaló en la ciudad frecuentemente al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid».

De la segunda etapa, «salpicada de altibajos», José Manuel Alegría destaca nombres como el pianista Joaquín Achúcarro, el violinista Félix Ayo y el grupo fundado por él, I Musici. También Federico Agostini, el pianista Josep Colom o la Orquesta Sinfónica de la Radio de Pekín. Y así, cientos. No en vano ofrecen entre 35 y 40 eventos al año.

Otro de los logros que Alegría atribuye a la Sociedad Filarmónica pasa por la música negra. «Fuimos pioneros en ofrecer conciertos de este tipo», señala.

Cien años después de su nacimiento, el presidente de la agrupación la considera responsable de haber generado en Burgos «una afición por la música que antes no existía, hemos despertado inquietud sobre todo en torno a la música de cámara y a los compositores contemporáneos».

La actividad de la Sociedad Filarmónica se sostiene gracias al decidido mecenazgo de Cajacírculo y a las cuotas de los integrantes, 36 euros al trimestre.

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